El terror visto desde el humor

El escritor Bernardo Atxaga (Asteasu, 1951) ha hecho "una apuesta difícil y extraña" en su última novela: habla de lo terrible en tono de humor. Zazpi etxe Frantzian (Siete casas en Francia) se aleja del territorio imaginario doméstico llamado Obaba y viaja hasta el corazón de África. La historia está ambientada a principios del siglo pasado en el Congo belga, donde el rey Leopoldo II ejerció un duro régimen de explotación colonial.

Atxaga huye de la denuncia directa y la elegía, y opta por la sutil alusión y el humor más bien siniestro para narrar los abusos de los militares en aquel país africano. ¿Por qué esta segunda fórmula? Considera que es más efectiva, que tiene más capacidad para provocar reacciones fuertes en el lector ante hechos dramáticos, según explicó ayer el autor en San Sebastián, durante la presentación de la novela.

El escritor cree que el humor es una vía efectiva para hacer reaccionar al lector

Por eso en las páginas del libro destila un humor que no hay que confundir con la búsqueda de la carcajada fácil. El fin último, según abundó, es que las personas que lean la obra se detengan, echen la vista atrás y reflexionen sobre qué es lo que ha ocurrido para llegar a semejante situación. Y, a la vez, que se den cuenta de que tras todas las injusticias existe un mundo que no escucha.

Premio Nacional de Literatura en 1989, el escritor guipuzcoano ha bebido de obras de colegas como Jonathan Swift o Ambrose Bierce para dar vida a Zazpi etxe Frantzian, que verá la luz en pocos días en castellano, catalán y gallego. También le vinieron bien los 14 meses que pasó en el servicio militar obligatorio, las historias que él mismo vivió durante ese tiempo y otras que le han ido contando.

Y si buena parte de Obabakoak la escribió en Escocia y El hombre solo se gestó cerca de Montpellier, en esta ocasión buscó refugio y tiempo en la Universidad de Nevada en Reno (EE UU), donde estuvo durante casi un año acompañado de su mujer y sus dos hijas. Al otro lado del Atlántico pudo tomar distancia y encontrar "la fuerza y el valor" para alumbrar las 252 páginas de su último trabajo, en el que ha invertido dos años.

Atxaga espera continuar con el esquema literario abierto con Zazpi etxe Frantzian en próximas novelas. Ya tiene en mente algunas ideas. Baraja, por ejemplo, la posibilidad de narrar las vivencias del sobrino de uno de los personajes que aparece en este libro.

Otro de los proyectos del galardonado escritor y académico de Euskaltzaindia es terminar de dar forma a un libro de no ficción, "una especie de diálogo" basado en sus recientes vivencias en EE UU, muchas de las cuales fue volcando en un blog.