Las esperanzas están en el fondo
El trío del 3.000 y Natalia Rodríguez en el 1.500 disputan hoy las finales
Unos van a Etiopía y vuelven que vuelan; otros, en cambio, por poco no pueden salir. A Bezabeh Alemayehu, que nació en el país de los abisinios pero que es español desde el año pasado -ya corrió como español en Pekín-, le dieron el alto esta semana en el aeropuerto de Addis Abeba cuando regresaba a España después de unas semanas de entrenamiento en el altiplano. No creyendo que fuera español, le acusaron de falsificar el pasaporte, que inmediatamente requisaron. Sólo después de la intervención del Consejo Superior de Deportes ante la Embajada española, otro organismo que también dudaba de la españolidad de Alemayehu, se le han hecho papeles nuevos. Ya podría haberles pasado lo mismo a Mo Farah, un londinense de Tottenham nacido en Somalia y a Bob Tahri, un francés de origen marroquí, dos que se fueron a entrenarse en la senda marcada por Gebrselassie y Bekele, y han vuelto tan fuertes que las esperanzas hispanas de triunfo o medallas hoy en la final de los 3.000 metros pasan por su inmediata neutralización.
El gatillazo lo dio Quiñónez, bronce hace dos años y eliminado en los 60 vallas
La solvencia de los tres del 800 -Marco, Quesada y Olmedo-, que se calificaron con acelerón final para semifinales, la brillantez de Natalia Rodríguez en su semifinal de 1.500, la seguridad de los dos hermanos España. Jesús, el mayor, y Fran Españita, el menor, y del sensacional Sergio Sánchez en la semi del 3.000, y la felicidad y desparpajo juvenil de Sancho, el saltarín, uno que devuelve al atletismo su sentido original, en la altura, conjuraron definitivamente las sombras de una actuación española marcada por el gatillazo de Jackson Quiñónez, bronce hace dos años, finalista olímpico y mundial, quien no pudo clasificarse para la final de los 60 vallas. "Se me queda corta esta distancia", dijo. "Soy hombre de 110m, de aire libre. Además, este invierno he estado por debajo de otros años por la resaca olímpica. He empezado a entrenarme más tarde y pensando en otras metas. Ser finalista ya lo he logrado, ahora hay que ir a por más".
A Natalia Rodríguez, en cambio, la resaca olímpica, la frustración, le dejaron con tantas ganas de quitarse el mal sabor de boca que decidió hacer, por primera vez, campaña invernal. "Será mi terapia para el estrés postolímpico", dice la atleta de Tarragona, quien asegura que hoy saldrá a ganar en su final. "Me gusta la pista cubierta, me manejo bien, mi zancada, mis tobillos, se adaptan bien a la curva estrecha. Me veo muy bien". En su semifinal tomó la decisión de irse en solitario detrás de la locomotora rusa, Anna Alminova, la otra favorita. "Es una atleta con cambio largo, no es explosiva, por lo que trataré de ir tras ella y dar un cambio fuerte a falta de 300 metros", dice Rodríguez. "Ir tras ella es muy cómodo, porque no va a tirones, no da cambios. Lo aprovecharé".
España, Españita y Sánchez también tienen una idea similar, pero diferente, para lidiar con Farah, capaz de correr en 7,34s este invierno, mejor marca mundial del año, y Tahri, un veterano que en verano se dedica a los obstáculos. Sánchez, un leonés de cuenca minera, aire exhibicionista -tanto como su peluquero, culpable según el atleta del desparrame rubio platino en que se ha convertido su cabellera, rapada en los parietales para compensar: "yo suelo ir con mechas", dice, "pero esta vez el peluquero me dio el tinte, me puso la bolsa en la cabeza y se olvidó de mí, así me dejó"- y puro stajanovismo a la hora de hacer kilómetros en entrenamientos, dirigidos por su padre -y expuestos con regularidad en YouTube-, y carreras de todo tipo y lugar, pide una carrera rápida -su marca es de 7,43s, pero carece de punch final-, en la que poder hacer un cambio largo y demoledor a falta de 1.000 metros. "Farah marcará el ritmo y yo iré desde atrás recogiendo cadáveres", dice.
Jesús, el mayor de los España, un chico serio y formal, de Valdemoro, ya sabe cómo manejar a Farah: lo hizo para ganar el oro en el Europeo al aire libre de Gotemburgo, lo hizo también hace dos años cuando le privó del bronce en la pista cubierta de Birmingham. "Habrá que seguir el ritmo de crucero de Farah y cambiarle al sprint", dice España, un atleta con un final matador. "Mi hermano es el más rápido", dice Españita, quien a los 24 años está descubriendo la selección absoluta con una actitud peleona. "Es tan rápido que ninguno de los que hay aquí le ganaría en un 1.500".
Resultados. Hombres. 60m vallas. 1. L. Doucouré (Fra.) 7,55s. 2. G. Sedoc (Hol.) 7,55s. 3. P. Svoboda (R. Checa), 7,61s. Mujeres. Peso. 1. P. Lammert (Ale.) 19,66m. 2. D. Hinrichs (Ale.) 19,63m. 3. A. Heltne (Rum.), 18,71m. Pentatlón. 1. A. Bogdanova (Rus.) 4.761. 2. J. Keizer (Hol.) 4.644. 3. A. Nana (Fra.) 4.618. 60m vallas. 1. E. Berings (Bel.) 7,92s. 2. L Skrobakova (R. Checa) 7,95s. 3. D. O'Rourke (Irl.) 7,97s.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.