Evru antes de Evru
Durante décadas, el empresario Josep Suñol fue uno de los principales coleccionistas de arte contemporáneo en Barcelona. Muy próximo al galerista madrileño Fernando Vijande, no compraba al tuntún, sino que elegía cuidadosamente. Se sabía que Suñol -copropietario con Bruno Figueras de la constructora Habitat- solía instalar sus cosas en diversos apartamentos, como un museo cerrado y secreto al que muy pocos podían acceder. Llegó el momento en que su propietario -cercano a los 90 años- decidió empezar a dejar de acumular para dedicarse a mostrar, y se siguió el método lógico de una fundación privada. Corría el año 2002. Al cabo de cinco, la Fundació Suñol abría sus puertas en pleno passeig de Gràcia, bajo la dirección del escultor Sergi Aguilar y la estricta supervisión del propio Suñol, que aportaba 1.200 obras, desde Boccioni, Picasso, Miró y Dalí hasta Carmen Calvo o Miquel Barceló.
Porta / Zush, 1961-1979
Fundación Suñol
Passeig de Gràcia, 98. Barcelona
Hasta el 27 de junio
Sin duda, el autor mejor representado en la colección es Evru. Aunque, en realidad, de Evru como tal no hay mucho porque su nacimiento, el 23 de febrero de 2001 -justo después de las dos retrospectivas, aún como Zush, del Museo Reina Sofía y el MACBA-, casi coincide con el final de la etapa de Suñol como comprador. Pero de sus dos alter ego, Albert Porta y Zush, hay 329 piezas, siendo la colección privada más completa de las dos primeras fases del polifacético pintor mutante. De esos nutridos fondos ha nacido la exposición Porta / Zush, 1961-1979, con un parco catálogo, que muestra su evolución hasta llegar a Evru, del que se podrá ver en el Nivell Zero -del 23 al 28 de marzo- su instalación interactiva Tecura, en la que los visitantes podrán intervenir en la obra del artista.
Si Albert Porta (Barcelona, 1946) en 1968 no se hubiera convertido en Zush, quizá habría sido un pintor influido por el pop inglés en la línea de Carlos Alcolea, Chema Cobo o Carlos Franco, por no citar el dúo catalán Arranz Bravo y Bartolozzi, pero algunos de sus dibujos y collages primerizos ya apuntan hacia un mundo mágico y enrarecido que conecta con Joan Ponç y Dau al Set. El contacto con lo psicodélico sería el detonante para encontrar la genialidad y en 1968, después de ser internado en un psiquiátrico y ser bautizado como Zush, rompía con el reino de lo cotidiano para crear un mundo paralelo: Evrugo Mental State, con alfabeto, lengua, moneda y bandera propios.
El momento más espléndido de esta retrospectiva es precisamente el cuarto oscuro con luz negra que ilumina las obras fosforescentes realizadas en Ibiza en 1968, y expuestas entonces en la galería René Metras bajo el título de Alucinaciones. Toda la fuerza, el sentido plástico y la belleza de Zush / Evru ya están allí concentrados, aun estando exentas de simbología y alfabeto, elementos tan característicos de su obra posterior. La muestra termina también con otro momento estelar: After the eclipse (1976) y Nasha declona yasmu tucare (1979), dos fantásticos lienzos enfrentados de tamaño enorme, puramente zushianos, nítidos y hermosos, crípticos, hipnóticos y extraños. -
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