De mal en peor
El Valencia ha perdido su personalidad y lleva 20 partidos recibiendo goles
"Lo peor que se puede decir de un equipo es que no sabe a qué juega", dijo Unai Emery al inicio de la Liga, casi recién aterrizado en Mestalla. El Valencia y él se enfrentan ahora a esa crítica. Eliminado de la Copa de la UEFA esta semana y de la Copa del Rey hace un mes y apeado en la Liga de la zona Champions por primera vez la pasada semana, el conjunto que dirige parece hoy sin personalidad. Se mira en el espejo y no ve el que era el principio de la temporada.
Emery añora aquel Valencia. Añora incluso al que jugó contra el Atlético (3-1) a principios de 2009, no hace tanto, el día en que Silva recuperó la titularidad tras una larga lesión. Un Valencia fresco, con un fútbol directo y vistoso. Como el que jugó en El Madrigal poco después contra el Villarreal. Pese al resultado (3-3), Emery, desesperado, busca reencontrarse con aquel Valencia. Pero desde entonces se han sucedido los malos resultados: derrotas en la Liga contra el Athletic (3-2) y el Mallorca (3-1) y eliminación en la Copa frente al Sevilla; después se salvó la cara ante el Almería (3-2), pero se volvió a caer frente a Osasuna (1-0); finalmente, llegaron los empates con el Málaga (1-1) y el Deportivo (1-1) y los que supusieron el adiós europeo ante el Dinamo de Kiev (1-1 y 2-2). Así, los valencianistas llevan 20 encuentros recibiendo goles.
"Jugando así, ¿queréis cobrar?", reprochaba una pancarta en el entrenamiento de ayer
Emery trató de frenar la sangría ante el clamor popular. Y ahora es lo que nunca quiso ser: "Hay entrenadores que están encantados con el 0-0. Yo estoy encantado con el 5-5. La esencia del fútbol es el juego y el juego es un espectáculo. Consigo lo mismo y el público disfruta", afirmaba en septiembre. Lo malo es que Mestalla ya no disfruta. Y el técnico, que ha restado carácter ofensivo a su equipo en un alarde de conservadurismo, tampoco ha conseguido que deje de recibir goles. Sólo ha rebajado el número de tantos por partido: dos en el peor de los casos, el del jueves.
"Estamos jodidos". Así resumió el preparador del Valencia el estado anímico del grupo tras la eliminación frente al cuadro ucranino, "inesperada", según Mata. "Nos fuimos de Mestalla con mal cuerpo porque confiábamos en la clasificación", añadió éste. Dos fallos defensivos condenaron al equipo. Como viene ocurriendo últimamente. "El problema principal es que los errores se repiten", dijo Emery. Aun así, zanjó el debate. ¿Sabe el Valencia a lo que juega? "No vamos dando tumbos". "Tenemos muy claro a qué jugamos", le defiende César. Es más, según el técnico, se ha mejorado en las últimas citas, pues ahora, argumenta, concedemos menos ocasiones de gol. Claro que, a su vez, también se crean menos.
La receta, para César, es sencilla: "El Valencia demostró a principios de temporada que jugaba muy bien. Si lo ha hecho, puede volver a hacerlo. Fue el único que pudo aguantar el ritmo del Barcelona".
Ayer, la plantilla y el cuerpo técnico estuvieron reunidos casi una hora antes del entrenamiento. Una charla que sirvió "para tratar de reforzar la confianza y sacar la parte positiva de la eliminación", explicó Mata.
El Valencia recibirá mañana al Valladolid. Lo hará sin Villa, sancionado. Y luchará contra las estadísticas, que dicen que no suma una victoria sin el delantero asturiano desde hace más de un año: desde el pasado 3 de noviembre, frente al Mallorca (0-2), con dos goles de Morientes, que también es ahora dudoso por problemas físicos. Como se deshizo de Zigic, ni siquiera tiene más delanteros puros. Y la sombra de la preocupante situación económica sigue en el horizonte: "Jugando así, ¿queréis cobrar?", reprochaba ayer una pancarta colocada en la ciudad deportiva.
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