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Entrevista:EMILIO PÉREZ TOURIÑO | Candidato del PSdeG a la reelección | Elecciones 1-M | La campaña

"Dificulta la democracia que los medios quieran la ayuda de la Xunta"

Xosé Hermida

La sede del PSdeG en Santiago ha estado semidesierta desde la llegada al poder. Pero el pasado martes era un trajín continuo de camiones, operarios y asesores. Una de las salas se ha convertido en un plató de televisión, del que sale Touriño perfectamente trajeado. Pronto se vestirá más informal para una comida con militantes. Durante la entrevista, mira varias veces el reloj y juguetea con el móvil.

Pregunta. Su campaña ha sido tan presidencialista que algunos carteles sólo tiene como lema O Presidente.

Respuesta. Es una campaña basada en la apelación a la confianza, a la seguridad, a la estabilidad. En circunstancias de incertidumbre por la crisis económica mundial, el país necesita de un liderazgo sólido y estable.

"Apoyamos el plan lingüístico del PP y ahora ellos montan la guerra"
"Mi próximo equipo debe ganar capacidad para bajar a la obra"
"Buscaré un acuerdo para salvar el idioma de políticas partidistas"
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"No he tratado de andar con pies de plomo sino gobernar con responsabilidad"
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El "presidente de todos" que nunca soñó con San Caetano

P. Uno de los eslóganes es "el presidente de todos y contra nadie". Contra nadie es difícil hacer una campaña.

R. Pero es el modo de construir un país. Yo estoy seguro de que los ciudadanos quieren vernos unidos luchando contra la crisis. Y un PP metido en una guerra interna brutal, es un mal para Galicia, que necesita un partido de la oposición serio, confiable y unido. Eso es lo que quieren los gallegos, al margen de estrategias electorales.

P. Contra usted ha habido mucho, una campaña acusándole de despilfarrador.

R. Duele, para qué lo voy a negar. Uno que, desde chaval está en la lucha política y que vive la vida con austeridad y transparencia, que cuando subo a un avión viajo en clase turista... Mi mujer sigue trabajando donde siempre, en su centro de educación infantil, yo trabajo del día a la noche... Es una historia inventada de oportunismo, demagogia y falsedad. Yo estoy administrando Galicia con los mismos recursos con que lo hacía Fraga. Y no voy a ser yo quien alabe a Fraga, pero nunca he creído que fuera un despilfarrador ni un deshonesto. Ni lo soy yo ni lo fue él.

P. Ustedes tardaron en dar explicaciones o ni siquiera las dieron con el pretexto de que era hacerle el juego al PP. Y eso ha engordado la bola de nieve.

R. Fue un error. Probablemente tendría que haber salido el primer día a decir "esto es mentira". Se habla de sillas y no sé que historias lamentables. Ni sillas de 2.000 euros entraron nunca en San Caetano ni van a entrar nunca mientras yo sea presidente. Es probable que hubiera que haber entrado a todo eso, pero es que uno se resiste a convertir la política en un lodazal. ¿Qué tengo que hacer? ¿Empezar a decir ahora que la residencia presidencial le costó a los gallegos 4.500 millones de pesetas, que eso fue un despilfarro de Fraga? ¿Tengo que empezar a contar lo de la sauna, lo de la piscina cubierta y climatizada, lo del gimnasio? Galicia no se lo merece.

P. ¿Y no se arrepiente ahora de no haber levantado las alfombras cuando llegó al poder?

R. Sinceramente, no. Insisto: yo no he visto en el anterior presidente deshonestidad ni despilfarro ni tramas de corrupción. Galicia apostó por el cambio, no para revisar el pasado sino para construir un mejor futuro.

P. Por primera vez desde las últimas elecciones, las encuestas dan como verosímil la posibilidad de una mayoría del PP.

R. Pues la verdad no conozco ninguna que lo dé...

P. Se han publicado.

R. Todas las que conozco publicadas dan el mismo resultado: el PP baja y nosotros subiendo. Cuando se les pregunta a los gallegos quién es el mejor presidente para responder a la crisis, hay una amplísima mayoría que lo ve en torno al candidato del PSOE . Y dan una aprobación del 50% a la acción del Gobierno.

P. Parece claro que hay una tendencia a la abstención de una parte de sus votantes, que está decepcionada.

R. Estas elecciones son las primeras en España que se van a hacer viviendo una de las peores crisis de la economía global. Nadie puede esperar que en momentos de incertidumbre, de no saber cómo vas a tener tu empleo dentro de seis meses, de atonía social, estuviéramos viviendo una marea de esperanza. Para mí es fundamental explicar a la gente que un día apoyó el cambio y que hoy en parte está desencantada, que su voto es más necesario que nunca. Nos estamos jugando si va a haber marcha atrás y vamos a recortar libertades, cultura, derechos... Claro, cuando hay grupos del país que críticamente dicen "Galicia no se vende", yo les digo que hay un Gobierno que ha levantado un dique de contención para salvaguardar toda nuestra costa en sus primeros 500 metros y que por primera vez en la historia está saneando las rías, que el PP las había dejado camino de ser una cloaca. Quedarse en casa es votar al PP, que ha escogido la desmovilización. Hombre, es insólito que el líder de la oposición se niegue a debatir, creo que no ha pasado nunca en ninguna democracia.

P. En la encuesta publicada por este periódico, el 40% de los votantes del PSdeG opinan que aún es necesario un cambio político. ¿Cómo interpreta ese dato?

R. Es una necesidad que comparto y de la que tomo nota. La gente quiere una segunda etapa de cambio más profundo y dialogado. Hemos vivido toda la vida en la oposición y es muy complejo, desde los extramuros del poder, hacerse cargo de la gobernación. Pero lo hemos hecho con voluntad, con coraje, con honestidad y con respeto a la gente. Creo que he sido un presidente que ha respetado a todo el mundo y que ha tratado de representar a Galicia dignamente. Es cierto que necesitamos un mayor esfuerzo de diálogo, de movilización, de generar pasión. Pero hemos sentado las bases del cambio de un país.

P. Tras tanto tiempo fuera del poder, ¿no concluyeron ustedes que este es un país conservador y que convenía andarse con pies de plomo?

R. Eso es una elucubración. Yo no he tratado de andar con pies de plomo, sino de ejercer el cargo con responsabilidad. Gobernar no es un ejercicio de acomodación, sino de permanente autoexigencia.

P. ¿Piensa que la izquierda es hipercrítica?

R. El votante de derecha -muy respetable, en todo caso- sabe lo que quiere, "que gobiernen los míos", y cuando tocan unas elecciones votan los primeros. Y hacen bien. La izquierda sueña siempre y un porcentaje de los sueños se realiza y otro no. Y eso genera desencanto. La izquierda siempre cree que toca cambiar el mundo, pero se cambia cada día con mucho esfuerzo. La izquierda es, somos, muy autocríticos. Pero yo he hecho en la vida unas cuantas campañas y sé bien que siempre es lo mismo: decir a la gente de izquierda que hay que ir a votar, "no te quedes en casa, porque si no, vuelven ellos". Ahora no veo nada diferente, salvo que estamos en una crisis que lo complica más.

P. Había reformas que formaban parte del núcleo central de su programa, que sólo dependían de la voluntad política y que no se han hecho. Por ejemplo, renunciar al control del gobierno sobre la televisión pública o regular las ayudas a los medios privados.

R. Siempre se citan esas dos y ninguna más. Sobre la televisión pública creamos una ponencia para tener clara la reforma en su totalidad. Mi compromiso es ponerla en marcha al inicio de la nueva legislatura. Pero hemos hecho una ley de transparencia, de subvenciones, una ley de publicidad institucional... Todo el paquete renovador lo hemos puesto en marcha, salvo la reforma de la televisión.

P. Quintana dice que aquí se paga por información. ¿Es así? ¿Hay que regularlo?

R. Sin duda hay que regularlo y a fondo. Es una de las grandes tareas pendientes en la democracia gallega: revisar a fondo ese esquema. Hemos tratado de transparentarlo, de objetivarlo, se ha sacado una norma en esa dirección, pero hay una difícil relación entre el poder político y los medios de comunicación, especialmente cuando todos y cada uno quieren tener la ayuda de la Xunta. Es una dificultad grande para la democracia. Y no son ayudas como cualquier empresa, sino en relación con la propia información. Quiero abrir en la próxima legislatura un diálogo público y transparente para asentar las bases de un imprescindible cambio.

P. Se ofrece como garante de que no habrá imposición lingüística. ¿Percibe ese peligro?

R. Percibo que están haciendo una guerra de lenguas, y que es una insensatez, un daño al país, y me preocupa profundamente. Este es un país donde la inmensa mayoría se siente tan gallego como español y tenemos dos lenguas que sentimos como nuestras. Por lo tanto hemos de restablecer el consenso lingüístico. Yo no quiero guerras ni imposiciones ni segregaciones. No quiero dividir a los alumnos en los que hablan A y los que hablan B como quiere el PP. Pero tampoco un idioma se impone. Por eso convocaré a las fuerzas políticas para buscar un acuerdo que salvaguarde nuestro idioma de las políticas partidistas.

P. ¿Los nacionalistas quieren imponer el gallego?

R. No hablaría de los nacionalistas en general. Pero hay sectores de uno y otro lado que están convirtiendo el gallego en una guerra.

P. Eso nunca había ocurrido.

R. Porque antes estábamos en la oposición y éramos muy sensatos. Es la diferencia entre la derecha y nosotros. El plan de normalización del gallego lo aprobó Fraga con el voto de los que estábamos en la oposición. Ahora llegó la derecha y nos monta la guerra lingüística.

P. De salir reelegido ¿cuáles serían sus prioridades?

R. Mancomunar Galicia y trabajar para recuperar la economía y el empleo, mejorando la protección social. De esta crisis no saldremos reduciendo el gasto social o buscando el abaratamiento del despido. Mi propuesta es convocar a sindicatos, empresarios y las tres fuerzas políticas y buscar un gran acuerdo nacional para afrontar la crisis. Espero que Feijóo recapacite y abandone la confrontación.

P. ¿Cambiaría mucho el Gobierno?

R. Tengo una valoración positiva del trabajo en todas las áreas y he tenido la gran suerte de contar con un buen equipo. Pero a partir de ahí, sí que me hago una reflexión: necesitamos ganar en fuerza, en capacidad de bajar a pie de obra y no nos puede absorber tanto la tarea de gestión.

P. ¿Cambiaría la relación con el Bloque?

R. Mi aspiración es tener la mayoría para ser presidente y disponer de más margen para desarrollar con la máxima autonomía la Galicia en la que creo. Socialistas y nacionalistas tenemos culturas diferentes, incluso distantes, y la coalición es un esfuerzo de diálogo permanente, lo cual es positivo. Pero mi experiencia me lleva a pensar que me gustaría modificar algunas cuestiones.

P. ¿A qué se refiere?

R. No puede haber una imagen ni una realidad de compartimentar gobiernos, de hacer parcelas aisladas. Esa tentación de utilizar parcelas de gobierno para cada parte tenemos que superarla, porque los ciudadanos no pueden ver un gobierno por partes, con talantes diferentes. Tenemos que hacer un esfuerzo de cohesión y de unicidad máxima.

Emilio Pérez Touriño, en un momento de la entrevista.
Emilio Pérez Touriño, en un momento de la entrevista.XURXO LOBATO

VIDA POLÍTICA

- 1967-72. Facultad de Económicas, líder universitario, militancia comunista.

- 1983. Abandona el Partido Comunista.

- 1985-94. Ministerio de Transportes: subsecretario y secretario general de Infraestructuras. AVE a Sevilla y programa de autovías.

- 1988. Afiliación al PSOE.

- 1996. Diputado, coordinador del grupo gallego del Congreso.

- 1997. Diputado y portavoz socialista en el Parlamento de Galicia.

- 1998. "Refundación" del PSdeG en el Congreso de Ourense. Elegido secretario general.

- 2001. Candidato del PSdeG a la Presidencia de la Xunta. Portavoz parlamentario.

- 2005. Presidente de la Xunta de Galicia.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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