Feijóo anima a los dependientes que no cobren a denunciar al Gobierno

Son 772.200 votantes. A los que ya no les llega con que Fraga les refresque la "Galicia de menciñeiros y corredoiras" que todos conocieron. Muchos han bailado con Quintana y descubierto un Bloque distinto al que presentaban los telexornales de antaño. Pueden decantar la mayoría, Alberto Núñez Feijóo no acaba de empatizar con ellos y para colmo, algunos le siguen llamando Mariano por la calle. El PP dirigió ayer su mañana temática a los mayores. Y por alguna razón decidió ubicar el acto en el club náutico de Vilagarcía. En una de las terrazas, quince dependientes y sus familiares contaron sus tragedias al líder del PP.

Quizás por eso, Feijóo desvío ayer su "propuesta en positivo". Se dio de plazo cuatro meses para pagar la renta a la mitad de los 16.000 grandes dependientes. El resto, dijo, percibirán la ayuda antes de final de año. Ambas promesas estaban en su guión de campaña. La tercera, la improvisó ante las cámaras y fue un consejo para las 42.500 personas a las que Vicepresidencia ha sometido a examen y que todavía no perciben ni un euro. "A la sociedad sólo le queda una posibilidad: acudir a los juzgados y demandar al Gobierno pidiendo exclusivamente que se cumpla la ley", advirtió.

"A la gente sólo le queda ir al juzgado y demandar a la Xunta", dice el PP

Cuando se le preguntó si estaba invitando a que los mayores se querellen contra una Administración que pronto podría ser la suya, explicó que "la gente sabe lo que tiene que hacer... Porque no se pueden dictar normas para incumplirlas al minuto siguiente. Yo lo que haré es intentar que a la Xunta no se la denuncie".

Ya de vuelta en el programa, dibujó un mapa de servicios sociales a cuatro años, que dotará de centros de día a los ayuntamientos con menos de 1.500 habitantes y de residencias de mayores a cada cabeza de comarca. Su modelo, no necesariamente público, prevé integrar la política social y la sanidad con la promesa de no invertir "un euro en publicidad y propaganda". También en eso ha cambiado Feijóo el fervor anunciante de su paso por la Xunta. Los chascarrillos los reservó para el mitin de la tarde, donde esta vez sí se fotografíó con María Dolores de Cospedal, número dos del partido, que a estas alturas ya cita de memoria los "secuestros" de Quintana y el "lujo" del presidente.

Feijóo explota el episodio del autobús unas seis veces por jornada. Pero anoche en Santiago, a siete días de las elecciones, llegó a pedir el cese de Anxo Quintana. Apeló directamente al presidente de la Xunta. "No puede decir que es lamentable secuestrar a los mayores porque usted lo puede solucionar, céselo, cese al responsable del secuestro y ya está solucionado el problema". En el contrato que reedita cada día con su militancia, el candidato del PP ofreció un "gobierno irreprochable que frenará en un día el enchufismo y el clientelismo" y dará libertad al director de los medios de comunicación públicos.

El aspirante, que como Zapatero en 2004 ya escucha el "no nos falles" de los ciudadanos, renegó de las políticas neoliberales conservadoras, del despido libre, en favor del dialogo social. "Hay que hablar con sindicatos y empresarios para mantener las condiciones laborales". Y un mensaje para Touriño: "La política del miedo es la política del débil, un gobierno que se equivoca pide perdón y toma decisiones en lugar de poner el ventilador".