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Reportaje:MUCHA CALLE

"¿Cómo puedo ir a Berlín en metro?"

Viajeros desorientados y preguntas surrealistas en la oficina de turismo

-¿Cómo puedo ir a Berlín en metro?

La turista coreana, seria y despistada, esperó una respuesta como si nada detrás del mostrador. Sara, una de las trabajadoras de la oficina de turismo de la plaza Mayor, en la Casa de la Panadería, arrugó la cara. Ni entendió ni quiso entender. Le explicó a la buena mujer, aún sin dar crédito, que Madrid y Berlín están demasiado lejos como para que estén conectadas bajo el suelo.

-¿En qué bares actúan Camilo Sesto y José Luis Perales?

Belén descolgó el teléfono y se encontró al otro lado con una voz madura con ganas de escuchar las canciones de su época. Por desgracia para la señora, en la oficina no tienen ese tipo de información. Belén le ayudó lo que pudo: "Pues me temo que no hacen un tour por los bares de Madrid".

"¿En qué bares actúan Perales y Camilo Sesto?", pregunta una mujer

-Quiero empadronarme. ¿Sabes qué papeles tengo que llevar?

Esta vez le ha tocado a Nuria, pero ya está curada de espanto. Es lunes, son las 12 de la mañana y los turistas empiezan a despertarse y a requerir información. La pregunta la ha hecho una chica italiana. De pronto, se forma un debate en torno a los requisitos del censo.

-Supongo que tendrá que llevar el contrato del piso.

-Es que no está a mi nombre.

-Pues no sé... De todas formas, vaya ahí enfrente, al registro, donde le informarán.

Anécdotas tiene que haber por fuerza en un sitio por donde pasan al año 1.600.000 visitantes. El 60% son extranjeros. Los que más entran son franceses, italianos, estadounidenses, argentinos y británicos. Los españoles que más requieren información son, curiosamente, los madrileños. Sobre todo abuelos que quieren conocer el programa de las verbenas para vestirse de chulapos.

Fuera hace sol y Amy, una americana de Kentucky con bufanda, se acerca al mostrador. Sus tres hijos adolescentes llevan cara de aburrimiento. "Vamos a estar todo el día en Madrid y queremos hacer algo divertido". Nuria coge un folleto que especifica qué se puede hacer el primer día de la semana, que es cuando muchos centros de ocio cierran. ¿El zoo? "Vale, puede estar bien. No sé...". Amy cuenta que el domingo se entretuvieron en el Rastro y que cree que Barcelona es más famosa y divertida que la capital. "La verdad es que de Madrid no sé mucho".

No es el turista tipo. La mayoría de los visitantes conocen el atractivo cultural de la ciudad y preguntan por el Palacio Real y el Museo del Prado. Y, por supuesto, por los toros y el flamenco. Olé. "Muchos se sorprenden cuando les contamos que la temporada no es todo el año. E inquieren: '¿Cómo que no hay corridas a diario?", cuenta Belén. Para el flamenco, los extranjeros piden locales a los que vayan los españoles, que no sean de guiris. Y para comer, tabernas típicas con tortillas de patatas.

Los planos van desapareciendo. Hace tiempo que sólo se oye hablar inglés. Dos ancianos de Alaska quieren ir en autobús hasta el Museo Reina Sofía (ellos lo han dicho bien, pero en boca de un foráneo el centro puede mutar en Infanta Sofía, o Reina Cristina, o Infanta Cristina o cualquier combinación entre onomástica regia y título nobiliario). Dicen que luego quieren volver para pasar por la Cibeles. Sara les explica que desde el museo que custodia al Guernica pueden caminar por el paseo del Prado hasta la famosa fuente de la diosa. Ellos se quedan conformes.

Un chino o un japonés se lo sabría todo de pe a pa. En el mostrador hay folletos en ambos idiomas. "Son los más informados. Vienen con guías casi estudiadas", ilustra Belén. "A los argentinos los tememos un poco", se ríe sin maldad. "Con la labia que tienen...". Enésimo diálogo (turístico) del día:

-¿Dónde está el baño?

-Lo siento, no tenemos. Supongo que podrá ir al McDonald's.

Hetty y Rudy, dos ingleses de Cambridge, pasan de entrar a la oficina. Están sentados en la puerta, a la luz del día, susurrándose. "Hemos venido a ver a unos amigos", dicen cogidos de la mano. "No hemos visto nada de Madrid, pero parece que hay muchas tiendas, ¿no?". Ni se mueven. Con el sol de invierno les basta.

Fachada de la Oficina de Turismo en la Plaza Mayor.
Fachada de la Oficina de Turismo en la Plaza Mayor.LUIS SEVILLANO

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