El Mallorca despierta en Soria
Al Numancia no le sirve de nada su empuje
Una primera parte de buen juego, recompensado con un plástico gol de Aduriz, bastó al Mallorca para llevarse una victoria que necesitaba más que nunca ante un Numancia cuyos argumentos sencillos y previsibles discutieron en la segunda mitad el botín balear. Las urgencias de unos y otros requerían atención máxima y tensión. Con seriedad se lo tomó el Numancia. Con suavidad y destreza el Mallorca, que entabló un diálogo más fluido con el balón.
La simpleza de actos con la que se desenvuelve el Numancia en Los Pajaritos le produce de vez en cuando algún que otro rédito. Un saque de banda en el ataque soriano es una buena oportunidad para generar una duda en la defensa contraria. El Mallorca se aplicaba con concentración en la zona de contención ante la falta de finura de las llegadas numantinas. Dominaba de manera ficticia el conjunto local mientras el balear generaba peligro en cuanto se asomaba al área defendida por Juan Pablo. A la tercera aproximación encontró el gol. Aduriz empaló un preciso servicio desde la izquierda de Arango.
NUMANCIA 0 - MALLORCA 1
Numancia: Juan Pablo; Juanra (Brit, m. 76), Sergio Ortega, Raúl Bravo, Cisma; Del Pino, Nagore, Dimas (Quero, m. 61), Barkero; Goiria y Aranda. No utilizados: Kelemen; Palacios, Felipe, Bellvís y Mario.
Mallorca: Aouate; Scaloni, David Navarro, Nunes, Ayoze; Cleber Santana, Mario Suárez; Varela (Josemi, m. 77), Jurado (Webó, m. 77), Arango; y Aduriz (Keita, m. 90). No utilizados: Lux; Alberto, Josemi, Trejo, Webó y Castro.
Goles: 0-1. M. 21. Aduriz aprovecha un centro de Arango.
Árbitro: Medina Cantalejo. Amonestó a Aduriz y Sergio Ortega.
Unos 4.500 espectadores en el estadio Los Pajaritos.
Tocado en el ánimo y plano de fútbol, el Numancia siguió con su mismo rústico e inocuo plan. El grupo de Manzano se desenvolvía con solvencia. Arango y Jurado se bastaban para desfigurar el tosco centro del campo soriano. Los movimientos de delantero de manual de Aduriz generaban pánico en la defensa de Kresic.
El partido estaba en manos del Mallorca, pero en el segundo acto cedió terreno peligrosamente y perdió de vista el esférico. Morir de éxito podía resultar su condena. Lo apretado del marcador no permitía licencias. Un gol en Los Pajaritos puede llegar en un saque de banda cualquiera. Lo intentó el Numancia, pero a su actitud, a su empuje, le faltó destreza.
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