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Reportaje:23ª jornada de Liga

La goleada que transformó al Sporting

La plantilla se conjuró para ser más competitiva después del 7-1 en el Bernabéu

"Nos había costado mucho ascender a Primera como para tirar la toalla a las primeras de cambio". Son palabras del entrenador del Sporting, Manuel Preciado, sobre la transformación de su equipo tras las cuatro primeras jornadas de la Liga. Con 19 goles recibidos y ningún punto, el equipo se presentó de nuevo ante su afición para medirse al Villarreal. Volvió a perder (0-1), pero aquella tarde ya fue otro Sporting.

El punto de inflexión del Sporting llegó tras el 7-1 sufrido en el Bernabéu ante el Madrid. Trece goles en cuatro días (el Barça había empezado su marcha triunfal con un 1-6 en El Molinón) parecían demasiados para un recién ascendido y una afición que aún recordaba el último descenso (1997-98) marcando registros negativos: 13 puntos en total.

Algo pasó en el vestuario sportinguista a la vuelta de Madrid. "Hubo una reunión y la gente se conjuró", explica Preciado, que también tomó algunas decisiones. A partir de la quinta jornada, el Sporting empezó a ser un bloque compacto, con más soltura en el ataque (seis goles en cuatro jornadas) y una actitud defensiva que acabó con la vía libre hacia su portería.

Sergio Sánchez, el guardameta de los 19 goles, se sentó en el banquillo. Pero no fue el único. Resultó fundamental la entrada de los veteranos Neru, en la defensa, y Diego Camacho, en el centro del campo. Y, sobre todo, cambió la actitud del delantero (Bilic o Barral) y los tres mediapuntas en el inicio de la presión. Las ayudas y las coberturas a los laterales empezaron a ser la regla y no una mera excepción.

De repente, aquel Sporting que despertaba tanta simpatía como compasión se convirtió en un equipo competitivo. Enlazó cuatro victorias seguidas (contra Mallorca, Osasuna, Deportivo y Numancia) y su nuevo portero, Cuéllar, sólo consintió dos goles en ese tramo. Desde entonces ha habido un poco de todo. Campanadas a domicilio (0-3 en Riazor y 2-3 en Mestalla) y recaídas (2-5 frente al Atlético y 5-1 en Getafe). El Sporting se ha acostumbrado a jugar sin término y medio: a todo o nada. Hasta el punto de que es el único equipo de Primera que no ha empatado en 22 jornadas (el récord lo tiene el Valencia con 30 encuentros, toda la temporada, en 1963-64). Y la victoria de hace dos semanas frente al Sevilla (1-0) tras jugar más de una hora con uno menos ha terminado de convencerle.

Manuel Preciado.
Manuel Preciado.EFE

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