Giorgio de Chirico
Giorgio de Chirico
(1888-1978)
La mañana angustiosa (1912), óleo
Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Trento y Rovereto
Con cuadros como éste se comprende la fascinación que produjo De Chirico no sólo entre los primeros surrealistas, que luego le dieron airada e injustamente la espalda, sino en muchas otras corrientes de la vanguardia histórica del siglo XX. No se trata del misterio magnético que este artista sabía generar con sus plazas clasicistas despobladas, ni tampoco de su helada geometrización espacial con su profundidad aplanada, sino, sobre todo, de los intervalos de luz y sombra que se emancipan de cualquier lógica horaria y, por tanto, que se proyectan de una misma forma disparatadamente homogénea, logrando así poner en un mismo plano jerárquico el cuerpo y la sombra, que resulta poseer de esta manera la misma densidad física, la misma materialidad. Por lo demás, como ocurre casi siempre con este pintor "metafísico", apasionado lector de Schopenhauer, Nietzsche y Freud, la desolación umbría de sus vacantes espacios está repleta de rincones melancólicos, como sólo puede hacerlo quien lo construye todo a base de luces y sombras. Entre las consecuencias curiosas de la proyección sombría de De Chirico está la obsesión que demuestra por ella, desde un punto de vista existencial, un pintor tan diametralmente opuesto como Bacon, que pone en clave orgánica lo que aq. -
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