Feijóo se parapeta contra los escándalos de corrupción del PP
El candidato asegura que un debate de dos contra uno "repugna a Galicia"
Feijó009. "Sólo contra el partido", debió añadir la atrevida mercadotecnia de campaña del PP. Con la organización involucrada en mil tramas cruzadas de corrupción y espionaje que investigan ya los juzgados y amenizan radios y televisiones, los estrategas se felicitan ahora por haber empequeñecido las siglas y ganado espacio para la foto de Alberto Núñez Feijóo. El propio líder intenta también disipar su pecado original, la designación y cese del economista Luis Carrera Pásaro en Ourense, con propuestas y mensajes "en positivo". "Quiero una campaña limpia", volvió a reivindicar ayer.
Las cuestiones espinosas las va despejando de mala gana. Preguntado por la entrada en prisión del ex secretario de organización del PP gallego, Pablo Crespo, Feijóo contraataca con el argumento de que son una docena de cargos intermedios de la Xunta los que siguen imputados por presuntas irregularidades, aunque ninguna relacionada con casos de corrupción. "¿Puede perjudicarle en este momento la presencia de Rajoy en Galicia?". "Por supuesto que no", zanja el candidato.
El candidato y Rajoy se reparten en dos caravanas para llegar a todos
Hasta que estalló la trama de corrupción en Madrid la pasada semana, el Partido Popular había medrado en los sondeos y rozaba la mayoría absoluta, con un doble argumento: la crisis sacude a Galicia y mientras el bipartito se dedica al lujo.
El mensaje apunta a los votantes de la acera de enfrente. Tras aguantar la travesía de la oposición con un suelo electoral sólido, por encima de los 35 escaños, los populares saben que sus opciones pasan por una participación baja el primero de marzo. Para desmovilizar a quienes hace cuatro años apoyaron el cambio, desempolvaron facturas de un coche oficial para Touriño, comprado hace año y medio por 480.000 euros, que el PP compara cada dia con el de Obama. Evita ejemplos más cercanos como el vehículo del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, 50.000 euros más caro, o el que la Xunta anterior adquirió para Fraga por un precio similar en 2002 y repite el mantra. "Touriño es el sultán de Monte Pío", acusó el lunes el portavoz parlamentario, Manuel Ruiz Rivas.
"No se trata tanto de que cambien su voto, sino de que socialistas y nacionalistas se queden en casa", admite un dirigente que conoce por dentro la estrategia del PP. "Promesas, muchas promesas y una vez conseguido el voto, todo queda en palabras, las promesas no se cumplieron, esta vez no nos van a engañar", lamentan jóvenes figurantes en las cuñas radiofónicas del PP. "Tanto criticar a los de antes, y los de ahora lo multiplicaron por dos", repite otro locutor.
Esa campaña de perfil bajo no incluye el debate electoral a tres bandas, junto a Touriño y Quintana, que TVG ha programado, sin consultar al PP, el viernes 20 a la hora de Luar. "No debatiré uno contra dos y menos uno contra tres si se suma el director general de CRTVG", ironizó Feijóo ayer. "Ese debate a la sociedad gallega le repugna", aseguró. En su lugar, propone un cara a cara frente a Touriño en el plató de Antena 3, al que el candidato socialista ya se ha negado, y otro "junto al representante del partido minoritario, Anxo Quintana".
Para contrarrestar la falta de medios económicos -el PP en la oposición ya no es la engrasada máquina que cuadraba actos multitudinarios en las cuatro provincias- los populares redoblan estos días esfuerzos en Internet. Además, han programado una segunda caravana que ocasionalmente capitaneará Mariano Rajoy. A diferencia de lo que sucedió en citas anteriores, el presidente nacional se vuelca en núcleos rurales que rara vez había pisado para celebrar mítines. De la mano del barón orensano, José Luis Baltar, parará hoy en Amoeiro y Bande, un acto que el PP retransmitirá vía satélite a las televisiones. Hace un par de semanas, Rajoy ya visitó las localidades de Sarreaus y Trasmiras en la misma provincia donde todas las encuestas le restan un escaño estratégico al PP. Otros alcaldes aprovecharán el tirón de Fraga, cuya participación ha restringido la dirección de campaña.
El otro flanco que preocupa en el aparato, los 10.000 votos que el partido de Rosa Díez cosechó en Galicia en las últimas generales, y sobre todo, las críticas de los medios ultraconservadores, singularmente la Cope, lo ha defendido el PP arrimándose a Galicia Bilingüe. Pese a que nadie internamente duda de que Feijóo no movería un dedo como presidente para segregar a los alumnos por idiomas, como pretende la plataforma, el candidato sigue lanzando alegatos en favor de la libertad de los padres.
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