"Nos quedan 400 euros y somos cinco"

Hace año y medio dejaron atrás su casa en Dos Hermanas (Sevilla) con la promesa de un contrato indefinido en una plataforma logística de alimentación. Con 31 y 32 años, Alfonso Blanco y Miriam Jurado se instalaron en un barrio de Narón buscando "una estabilidad laboral" con dos niños de 5 y 3 años. Emigraban desde Andalucía porque él iba a ser técnico de mantenimiento.

El contrato llegó pero el sueldo les quedaba corto. Cuentan que apenas sobrepasaba los mil euros sumando las horas extraordinarias. "Con menos de mil euros no se puede mantener una familia". Con un tercer hijo "inesperado" en camino, y otras tres bocas que alimentar, Alfonso pidió una excedencia y se pasó a la cons

trucción en pleno auge del ladrillo. Durante seis meses trabajó en una empresa de montaje de tuberías de biodiésel en las obras del puerto exterior de Ferrol.

Reconoce que el trabajo -con jornadas de entre 10 y 12 horas al día- era infinitamente más duro que el primero, "con frío, lluvia, a la intemperie y cargando pesos", pero recuerda que estaba contento porque "ganaba más dinero".

Con la crisis arreciando, la obra se ralentizó y la empresa rescindió su contrato hace algunas semanas. "Me quedan unos meses de paro, pero lo que me amarga es no saber si esto será por quince días, tres meses o un año", asegura Alfonso. "Ves la tele y te deprimes: crisis, crisis y más crisis".

La pareja cuenta que poco antes de que el ladrillo empezara a hundirse, por primera vez "vivían un poco más holgados". La tortilla ha dado la vuelva y ahora "hasta las facturas asustan". "Hay que hacer trucos en la cocina: hacer croquetas, estirar el pan dos días" explica Miriam, "ir a un supermercado a comprar una cosa y otra, a otro". Echa cuentas y dice que después de pagar la hipoteca y los recibos les queda, como mucho, "unos 400 euros" para que cinco personas puedan "tirar el resto del mes". Se acogieron a las ayudas del Gobierno gallego para familias numerosas y aseguran que, por lo menos, no depender de los altibajos del Euribor les da un respiro.

"Intentamos que los niños no lo noten y siempre celebramos sus cumpleaños", dice Miriam. Estudió Comunicación Audiovisual, pero con tres hijos pequeños y toda su familia en Andalucía, cree que no lo tendrá fácil para encontrar un puesto de trabajo. Su pareja, Alfonso, sigue rebuscando por todas las empresas que encuentra y por Internet, "en cuanta cosa hay", pero por ahora siempre escucha la misma respuesta. Ha enviado su currículum hasta a los barcos atuneros que surcan el Índico.