El ayer y el hoy
España, la mejor selección del presente, se mide a Inglaterra, la inventora del fútbol, ahora en manos de Capello
El pasado contra el presente. Ayer se cumplieron 80 años desde que el 10 de febrero de 1929 diez equipos fundaran la Liga española, hoy vivero de la mejor selección del planeta, según las estadísticas oficiales; la más cosmética, según todos los colectivos. Mucho antes de que Arenas, Atlético, Español, Real Unión, Real Sociedad, Athletic, Real Madrid, Europa, Barcelona y Racing alumbraran la primera jornada del campeonato español, los ingleses se habían convertido en embrionarios de este juego. El Sheffield fue el primer club organizado de la historia (1857), seis años después llegó la primera legislación moderna del fútbol y en 1871 nació la Copa inglesa. El formato liguero tuvo que esperar hasta el 20 de julio de 1885, meses antes de que un estudiante y futbolista, Charles Wreford-Brown, acuñara un término universal: soccer. Desde aquellos tiempos remotos, Inglaterra siempre ha sido una referencia obligada. Su costumbrismo y el éxito de sus clubes han sido tan seductores que han enmascarado los continuos fracasos de la selección. Al margen del gol de chistera de Hurst que sólo vio el linier ruso Bakhramov en la final del Mundial de 1966 ante Alemania, Inglaterra sólo ha copado portadas por su exportación del gamberrismo.
Tras décadas y décadas improductivas, estrenado el siglo, los rectores ingleses pusieron el equipo en manos extranjeras, lo que habría sido un sacrilegio en épocas no muy lejanas. Primero llegó el sueco Sven-Goran Eriksson: otro fracaso. Ahora es el turno del reputadísimo Fabio Capello. Sus coristas enfatizan que con él Inglaterra, que no se clasificó para la pasada Eurocopa, sólo ha perdido un encuentro, en Saint Denis contra Francia, de los diez que ha disputado. Olvidan quizá que, además de ganar a Alemania en Berlín, se ha medido con Kazajistán, Bielorrusia y Andorra, por ejemplo. Para Capello no es sencillo el andamiaje de Inglaterra. Bajo el amparo de grandes magnates y con un elevado botín televisivo, los principales clubes priman las importaciones. Ausentes por lesión Rooney y Gerrard, el técnico italiano ha tenido que repescar a Beckham, que sólo lleva un mes de vuelta a la tierra tras su pasarela en Los Ángeles Galaxy. Tal es el mestizaje de la Premier que de los cuatro clubes que la han gobernado con puño de hierro en los últimos años sólo hay cinco convocados: Ashley Cole, Terry y Lampard, del Chelsea; y Ferdinand y Carrick, del United. Nadie del Arsenal y el Liverpool. Hoy hay que bucear en el modesto Aston Villa, el equipo sorpresa del campeonato, el que más futbolistas aporta.
Todo lo contrario ocurre con España, que, como los ingleses, también ha tenido una larga travesía en el desierto, pero ha encontrado su identidad, mantiene su artística apuesta de la Eurocopa y tiene atractivos recambios en La Masía: Busquets y Piqué. Ante selecciones como Inglaterra no hay amistosos y España tendrá otra excelente oportunidad para imponer su geométrico estilo frente al hueso inglés. A la espera de medirse algún día con Brasil, aquel cruyffista equipo que, poco a poco, tejió Luis y hoy dirige Del Bosque con la misma partitura ha derrotado en este maravilloso ciclo a la propia Inglaterra (en Manchester), Argentina, Francia, Italia y Alemania. Si los ingleses inventaron el fútbol, los españoles han sido los últimos en embellecerlo. El ayer y el hoy.
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