El PP vasco confía en su movilización para contrarrestar los escándalos nacionales

"El partido está bien organizado y con ganas. No debemos preocuparnos". "La campaña está yendo bien; la gente está bastante animada". "Nos tenemos que concentrar en lo nuestro y dar ejemplo de transparencia y de que, si tenemos problemas, somos capaces de arreglarlos". "No hay que trasladar desánimo, sino al revés". Dirigentes, parlamentarios y candidatos del PP vasco coinciden estos días, con frases como las citadas, en mostrar su confianza en que la movilización en que se han embarcado en esta larga precampaña y la campaña que se servirá para contrarrestar el impacto que puedan tener en el electorado la sucesión de escándalos (espías y tramas corruptas) que han cercado en los últimos días a la dirección nacional de Mariano Rajoy.

Basagoiti: "Al PSE se le llena la boca de cambio y, luego, lo traicionan"

Un destacado parlamentario pone un ejemplo de esa movilización: el número de apoderados e interventores con que ya cuenta el partido en estos momentos supone el 90% del de las últimas generales y las peticiones de voto ante notario (el de aquellas personas que no pueden salir de casa y apoderan a un familiar) se sitúan ya un 20% por encima de los comicios del pasado marzo.

El sondeo más reciente que reconoce tener la dirección del PP vasco alimenta, pese a tener una muestra no muy amplia centrada en las capitales, sus impresiones optimistas de que podrán mantener sus actuales 15 escaños y aspirar a alguno más, preferentemente en Álava. Con todo, es una encuesta flash realizada cuando ya había surgido el escándalo del espionaje en la Comunidad de Madrid, pero no el actual de corrupción.

Dirigentes del PP vasco no ocultan, con todo, su serio malestar porque, cuando el partido había logrado recobrar la unidad tras el trauma que supuso la marcha de María San Gil, les haya estallado de rebote en plenas vísperas electorales este conflicto. "Esperemos que no ocupe la campaña autonómica", resume un miembro de la dirección.

Mientras, los populares dan ya por hecho que el PSE no va a querer ningún acuerdo con ellos tras el 1-M aunque ambas formaciones sumen los 38 escaños que dan la mayoría absoluta en la Cámara de Vitoria. "Buscarán un acuerdo con los nacionalistas grandes o pequeños", apunta uno de los responsables de la estrategia popular. Por ello el PP y su candidato, Antonio Basagoiti, se van a centrar una y otra vez en dejar en evidencia esa complicidad que aprecian entre socialistas y nacionalistas. El PP quiere así amarrar su propio electorado y pescar en el caladero de los votantes socialistas que no quieren ni oír hablar de posibles pactos de Patxi López con el PNV, con o sin Ibarretxe.

Ayer mismo, Basagoiti destacaba que a los socialistas "se les llena la boca de cambio y, luego, lo traicionan" apoyando al PNV. Y lo decía en Getxo, el ejemplo concreto, junto a la Diputación de Álava, que los populares no dejan de repetir para acusar a los socialistas de "hacer siempre lo que le interesa al PNV".

Y si se habla de opciones para cuando llegue el debate de investidura, el PP adelanta que no ofrecerá sus votos a López sin más. "No es cuestión de si les vamos a votar o no. Si ellos quieren hacer las políticas de Ibarretxe, que pacten con el PNV. No vamos a aceptar que busquen el apoyo del PP de lejos y tapándose la nariz", indica un destacado miembro de la dirección.

En lo que todos los consultados coinciden es en la cohesión interna alcanzada con los dirigentes más próximos a San Gil. "No hay oposición ni ninguna crítica. La estrategia de la campaña es buena y todo el partido funciona hoy con las mismas claves de derrota de ETA y denuncia del caduco nacionalismo", resume uno de ellos.