James Whitmore, actor secundario de lujo
Ganó dos Globos de Oro y fue candidato a dos Oscar
"Brooks estuvo aquí". Así se despedía del mundo el viejo preso, con unas líneas grabadas con una pequeña navaja en una pared anónima, desesperado porque no podía atrapar a la civilización, muerto en vida un segundo después de abandonar la prisión, el único sitio que conocía. Brooks se convirtió en el imaginario cinéfilo en un personaje legendario, la quintaesencia del secundario de lujo. James Whitmore fue el actor capaz de llenar a aquel librero y a su uniforme azul penitenciario de toda la humanidad necesaria para que Cadena perpetua destacase por algo más que sus protagonistas, Tim Robbins y Morgan Freeman. Whitmore, que atesoraba medio siglo de carrera, falleció el viernes pasado en su casa de Malibú, rodeado de los suyos, a causa de un cáncer de pulmón.
El intérprete nació en 1921 en White Plains, Nueva York, se formó en la Universidad de Yale e inmediatamente después de graduarse, en 1944, ingresó en el cuerpo de marines. Participó activamente en las batallas del Pacífico combatiendo en Saipan y Tinian, donde estuvo a punto de morir por disentería.
Cuando regresó a su país decidió que quería ser actor; su tozudez y talento ayudaron a allanar el camino y con uno de sus primeros trabajos, Fuego en la nieve, se llevó el Globo de Oro al mejor actor secundario en 1949. A punto estuvo de hacer lo propio con el Oscar, que finalmente fue a parar a manos de Dean Jagger.
A pesar de su temprano éxito, su ingreso en el panteón de actores de culto no se produjo hasta 1954, cuando dio vida al sargento Ben Peterson en el clásico de ciencia-ficción La humanidad en peligro, dirigida por Gordon Douglas y que muchos recordarán por sus hormigas gigantes en blanco y negro.
En 1975 consiguió su segunda candidatura a los Oscar por Give'em Hell Harry!, siendo la única ocasión en la que esto ha sucedido en una película interpretada por un solo actor, el propio Whitmore, que repasaba la trayectoria política del presidente estadounidense Harry S. Truman, haciéndose nuevamente con el Globo de Oro.
Veinticinco años después, y con las mismas ganas con las que empezó, fue capaz de llevarse el Emmy por su papel en la serie El abogado, también en televisión. El actor intervino en 2007 en un episodio de CSI Las Vegas, que se convirtió en su último trabajo. A lo largo de su carrera había participado en más de un centenar de películas y compartido escenario con Glenn Ford, Charlton Heston, George Kennedy o Martin Landau.
Frank Darabont, quien le dirigió en la mencionada Cadena perpetua y en The Majestic, declaraba en una carta, hecha pública pocas horas después del fallecimiento del actor: "Para todos nosotros era un icono, una leyenda viva, pero cuando un día en el plató alguien intentó llamarle señor Whitmore, él le contestó, con aquel delicioso gruñido suyo: 'Joder, hijo, llámame Jim".
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