Sin fecha para los carriles reservados y los aparcamientos

Después de dos meses de datos y un año de análisis, el estudio concluye que es difícil pero no imposible. El atasco en Madrid tiene solución. Según estimaciones del RACC, costaría 1.150 millones de euros y un par de años de trabajo. La cantidad no es muy alta si se compara con el dinero que se pierde en las aglomeraciones, 832 millones de euros al año. El tiempo es otro tema. Las medidas más importantes dependen de tres Administraciones (Ministerio de Fomento, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento) que tienen propuestas encima de la mesa, pero sin fecha de entrega.

La primera propuesta es construir carriles Bus-VAO como el de la A-6 en todas las radiales de Madrid. Es competencia de Fomento, que preside Magdalena Álvarez. Todos los proyectos (que la ministra anunció en 2005) están ya redactados y en marcha, según un portavoz del ministerio, que no facilita fechas concretas.

Segunda medida. Crear 5.000 plazas de aparcamientos disuasorios a las afueras de Madrid. El RACC propone dos en la A-1 (San Sebastián de los Reyes y Alcobendas), otros dos en Alcalá y San Fernando (A-2), y la ampliación de los aparcamientos de Rivas y Arganda (A-3). En este caso es competencia de la Consejería de Transportes, con José Ignacio Echeverría al frente. Transportes ya ha construido aparcamientos en Boadilla, abrió el de Rivas en julio de 2008 y otro en Colmenar Viejo en octubre. Pero no tiene previstos más por el momento. Otra de las soluciones que competen a la Comunidad de Madrid sí tiene plazo. Antes de que acabe la legislatura (2011) deben estar listas cuatro líneas de Metrobús (autobús con carril reservado) entre Algete y San Sebastián de los Reyes, de Torrejón a Barajas, entre Alcorcón y Villaviciosa de Odón y en Arroyomolinos-Xanadú.

Al Ayuntamiento, con Pedro Calvo en el área de Movilidad, le corresponden las líneas express de autobuses. Acaba de inaugurar una entre Atocha y Plaza Elíptica. Y anuncia otras 11 para las que, una vez más, no hay fecha de apertura.

Por último, una petición a los viajeros y las empresas. A los primeros, les recomiendan compartir el coche entre varios para ir al trabajo. A las segundas, flexibilizar los horarios de entrada para sus empleados y planificar fuera de las horas punta el transporte de mercancías.