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Reportaje:

¿Bromean o qué?

Tres trovadores 'indies' pretenden emular a CSN&Y, pero yerran hasta en el número

Entraban ganas de buscar anoche por los rincones, esquinazos e intersticios de El Sol las cámaras ocultas que tal vez escrutaban las muecas del público. Ahora que pululan por Madrid tantos profesionales del espionaje, seguro que alguno quiso echarse unas risas con un concierto singular que se anunciaba como "los Crosby, Stills, Nash & Young del indie español". No queda claro si el padre de la ocurrencia se lo creía o pretendía sólo provocar. En cualquiera de los casos, alguno debió de quedarse con ganas de remedar a John McEnroe en aquel anuncio memorable y dirigirse hecho un basilisco al juez de silla para espetarle: "¿Bromea o qué?".

A ver, que nos aclaremos. CSN&Y pueden gustar más o menos (los inteligentes suelen arrimarse más a la primera opción), pero pocos negarán que representan, junto a los Beach Boys, las cotas más excepcionales de las armonías vocales en la historia de la música popular. Pasemos ahora a la alineación de los émulos y nos encontraremos, de izquierda a derecha en sus pantallas, al apocado Abel Hernández (Migala, El Hijo), el ubicuo Nacho Vegas y el hierático Juan Santaner (Jet Lag). Por no parecerse, no se parecían ni en el número.

La idea original se le atribuye a un gijonés, que le dio forma en dos tardes

Cierto, debía haber puesto la guinda al pastel el líder de Los Planetas y evangelista de los Nuevos Tiempos de la Música Patria, alias Jota, pero se apeó a última hora por culpa de la presunta gripe. O porque "es un poco hipocondriaco y maricón para estas cosas", según aclaró Vegas con verbo edificante. Lástima: habría sido curioso cómo canta acatarrado alguien a quien, en condiciones óptimas, ni se le escucha ni se le entiende.

La idea original de este invento se le atribuye al gijonés torturado, que le dio forma durante dos tardes, dos, de ensayos. Domingo y lunes. Escaso bagaje, pero el empeño seguiría sonando ridículo aunque hubieran invertido dos decenios. Frente al teórico ejemplo de los creadores de Déja vu, anoche comparecían, de izquierda a derecha, un vocalista mediocre, otro regular y un tercero que no abrió la boca porque bastante tenía con sostener el cigarro. En honor a la verdad, Santaner se marcó una versión de The needle and the damage done, pero seguramente nunca llegará a los oídos de Neil Young. Y mejor así.

Si alguien intuyó que escucharía algún juego de voces, nones. Vegas y Santaner silbaron un rato al unísono, Hernández y Vegas tararearon otro rato al unísono. Sólo fueron de agradecer dos detalles, el homenaje al desaparecido Mikel Laboa y la brevedad (una hora escasa) del experimento. Los presuntos CSN&Y peninsulares se anunciaban como la traca final en los fastos del trigésimo aniversario de El Sol. Nunca imaginamos que lo de traca fuera tan en serio.

Actuación de los tres trovadores <i>indies </i>en la Sala El Sol.
Actuación de los tres trovadores indies en la Sala El Sol.SAMUEL SÁNCHEZ

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