El 'pacificador' de los Mossos llega a los juzgados

Los Mossos d'Esquadra han dado un primer paso para normalizar las relaciones con la judicatura, tras la guerra abierta que ambas instituciones mantuvieron hace dos meses. Un inspector y sus hombres de confianza se encargarán de dirimir conflictos y sofocar cualquier conato de incendio que surja entre los agentes de la policía autonómica y los jueces de instrucción de Barcelona, que están obligados a entenderse por su trabajo diario.

El elegido como pacificador es Joan Mallafré, un inspector veterano y dialogante, que goza de credibilidad tanto en un frente como en el otro. La Dirección General de la Policía le ha nombrado responsable de relaciones con la justicia. Su misión es que los jueces se sientan cómodos y estrechen su colaboración con los Mossos.

Las relaciones han tenido demasiados altibajos desde el desembarco de la policía catalana en Barcelona, en noviembre de 2005. Mallafré será el enlace entre las dos instituciones. Resolver quejas de los jueces, aclarar dudas respecto a un requerimiento y lo que sea menester.

"Había una manera de trabajar con los otros cuerpos policiales muy arraigada. Y, de repente, los jueces se encontraron con nuevas formas y personas más jóvenes", detalla un portavoz de los Mossos. Una opinión que comparte el juez decano de Barcelona, José Manuel Regadera: "Hay que ir adaptándose y es un proceso complicado. Pero la llegada de Mallafré ya está facilitando las cosas", remacha.

El inspector, de hecho, trabaja codo a codo con los jueces desde principios de año. La idea es que, cuando esté lista la Ciudad Judicial, Mallafré y su equipo, que estará formado por "cuatro o cinco agentes", se instalen en el nuevo complejo, a caballo entre Barcelona y L'Hospitalet.

Las malas relaciones entre Mossos y jueces llegaron a su cenit el pasado noviembre, cuando Regadera remitió una carta al director general de la policía, Rafael Olmos, en la que censuraba en términos muy duros la filtración de que una magistrada había sido sorprendida por la policía cuando conducía ebria y que, supuestamente, amenazó a los agentes para intentar eludir el control de alcoholemia.

El juez decano acusó a los Mossos de realizar filtraciones "reiteradas" e insinuó que actuaron así para "ocultar o minimizar" otras informaciones en las que los agentes aparecen como imputados. A finales del año pasado, los tribunales dictaron tres sentencias contra nueve agentes de los Mossos d'Esquadra. Fueron condenados por lesionar y, en algunos casos, torturar, a detenidos y a personas a las que arrestaron por un error. No son las únicas causas judiciales, hay otras en distintas fases de instrucción.