La nueva vida de 'Uce', la orangutana
Un libro propone un turismo de defensa de los grandes simios en la isla de Borneo
Willie Smits era feliz trabajando como microbiólogo forestal en Borneo cuando, paseando por el mercado de Balikpapan, alguien le plantó en las narices una jaula con un bebé orangután dentro. "Eran los ojos más tristes del mundo, no podía quitármelos de la cabeza", dice Smits, uno de los autores del libro Los pensadores de la jungla, en el que narra el trabajo de su ONG Borneo Survival Orangutan Foundation (BOS) en la isla del sureste asiático. Aquella tarde de 1989, Smits volvió al mercado ya cerrado. "Escuche unos gritos ahogados que venían de la basura", cuenta; "habían tirado al bebé".
Uce fue el primer orangután que salvó el científico holandés. En los siguientes 20 años han seguido otros 2.000. "Viven en constante amenaza", dice Smits, enumerando los problemas: "El cambio climático, la deforestación, los fuegos provocados para cultivar aceite de palma, las enfermedades humanas y los cazadores que quieren su carne, sus bebés, sus cráneos o sus huesos para la medicina tradicional china". Estos animales comparten un 97,8% de nuestro patrimonio genético y su población en Borneo (unos 30.000) se reduce cada año. "Es un genocidio".
"No he querido hacer un folleto bonito, sino un libro que abriese los ojos a la gente", dice el autor. Los pensadores de la jungla explica la cultura de los animales (han aprendido a pescar con palos o a nadar) con hermosas fotos, pero también incluye imágenes terribles de los abusos que sufren. "Es vital que los turistas lean sobre el problema antes de visitar estos países", dice Smits. "Cada vez que pagas por tomarte una foto o asistes a uno de esos espectáculos de boxeo de simios participas en la tortura y esclavitud de estos animales". La propia fundación BOS ha montado un alojamiento ecológico y sostenible en Samboja, en plena jungla (www.sambojalodge.com). Acoge a turistas que desean trabajar en su salvación. "¡Pero nada de tocar!", añade Smits, ya que otros centros parecidos a éste, donde se permite el contacto, extienden las enfermedades humanas a los ejemplares en libertad. El objetivo no es convivir con los animales, sino darles una segunda oportunidad para que puedan volver a vivir tranquilos en la jungla.
Con suerte, Smits ve a Uce cada dos años. En la jungla vive con Dodo y sus tres bebés. Cuando la encuentra, le enseña las fotos de su historia. La orangutana las mira y acaricia, reconociéndose. Después las devuelve; necesita tener las manos libres para volver a perderse entre los árboles.
» Los pensadores de la jungla.
Willie Smits, Gerd Schuster y Jay Ullal. Editorial H. F. Ullman. 29,95 euros.
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