Los países exportadores de petróleo amenazan con cerrar el grifo

"Soy fan de Obama" es durante estos días la frase más oída en las montañas que rodean Davos. Pisándole los talones, un lacónico "no lo sé". Los capitanes del capitalismo reunidos en el Foro Económico Mundial se quedan sorprendentemente secos cuando se les pregunta cómo demonios salir de la crisis. Llevan días desayunando malas noticias: la recesión, según el FMI, será la peor en 60 años; la destrucción de empleo, según la ONU, afectará a 50 millones de personas (de consumidores, en la jerga del hombre de Davos). Apenas hay propuestas, apenas nuevas ideas: las esperanzas se centran en la extraordinaria ola de entusiasmo que genera Obama -quien, por cierto, no aparecerá por Suiza- y en unos pocos datos positivos. El principal, el abaratamiento del petróleo. Pero ayer subió.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que concentra más del 40% del crudo mundial, amenazó en la exclusiva cita suiza con un recorte drástico de la producción si el barril no se sitúa claramente por encima de los 50 dólares. Y de inmediato: en febrero. Tras rozar los 150 dólares en julio del año pasado, el precio del crudo ha protagonizado un espectacular desplome hasta estabilizarse en las últimas semanas en torno a los 40 dólares. "Incluso con 50 dólares por barril no tenemos ingresos decentes para nuestros miembros", advirtió el secretario general del grupo, Abdullah Salem al-Badri. El brent, escaló hasta los 45 dólares.

La recesión ha llegado al panorama económico a toda velocidad y provoca un menor consumo de petróleo. Y éste tira a la baja de los precios, pero la OPEP confía en que al cerrar el grifo se encarezca el producto. Lo curioso es que la mayor parte de los expertos opina que eso es positivo. El japonés Nobuo Tanaka, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía -el lobby al que pertenecen los países que más petróleo consumen-, dijo que los precios bajos son necesarios para estimular la economía, pero que para que las empresas inviertan "el precio debería ser más elevado". "A medio plazo, la cotización subirá", auguró.

Los precios anormalmente bajos están en el origen de todas las burbujas. La rebaja de los tipos de interés -el precio del dinero- provocó los excesos de endeudamiento que han estallado con la crisis actual. Los analistas del mercado del petróleo manejan una idea parecida: los bajos precios del crudo desincentivan las inversiones necesarias para producir más adelante, y sin inversión la oferta no podrá atender a la demanda cuando la economía se recupere. Y los precios, entonces, se dispararán. "Una cotización de entre 60 y 80 dólares por barril es la necesaria para que se invierta lo suficiente", dijo el director ejecutivo de BP, Tony Hayward. "Tarde o temprano la demanda se recuperará y, a no ser que se haya invertido lo suficiente, los precios se descontrolarán", señaló. En la apertura de Davos, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, ya vaticinó que la economía "podría enfrentarse a una nueva carestía de recursos energéticos y desbaratar el crecimiento del futuro en el esfuerzo por superar la actual recesión". Ése es el soniquete de esta cumbre: cómo será el mundo tras la crisis. Sin reparar en que primero hay que acabar con ella. "Sobreviviremos a la crisis", manifestó en el foro el marido de una de las figuras del nuevo equipo de Obama. Un tal Bill Clinton.