Basagoiti llama a votar al PP para restaurar la imagen del País Vasco

Cuando los bancos de medio mundo se hundieron y se abrieron las aguas de la recesión, los ciudadanos vascos ya padecían otra crisis de calado, ésta de orden político, que ha debilitado la imagen de Euskadi como un "país serio y trabajador", opina el candidato del PP a lehendakari, Antonio Basagoiti. En las urnas que se abran el próximo 1 de marzo tienen los ciudadanos, añadió, la posibilidad de invertir esa situación. Más allá de los mensajes de precampaña, tal es el reto que afrontan los populares vascos en los comicios, según el discurso, cargado de referencias a valores como el esfuerzo o la superación, que trazó ayer su presidente en uno de los desayunos informativos que organiza en Bilbao el Fórum Nueva Economía.

"Quien necesita que Ibarretxe sea 'lehendakari' es Zapatero"

Basagoiti había invitado para que le presentase a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y ambos se cruzaron notables elogios demostrando la buena química política que siempre ha existido entre ellos, más allá de las diferencias que han enfrentado a Aguirre con Mariano Rajoy, al que la dirección de Basagoiti ha apoyado de forma cerrada desde que se hizo cargo de las riendas del partido en el congreso de julio pasado. "Magnífico ejemplo de cómo se llega a la política movido por un irresistible imperativo moral", dijo ella de él. "Esperanza es un referente en la defensa de los valores de nuestro partido y un ejemplo en la gestión de los asuntos de los madrileños", le respondió después él a ella.

Basagoiti reprochó al lehendakari Ibarretxe, y de forma secundaria a los socialistas que han ido votando sus últimos presupuestos, el "clima de desestabilización permanente" que se ha convertido en "la principal seña de identidad" del País Vasco en las últimas fechas. "Se ha jugado con el buen nombre de los vascos. Euskadi arrastra una falta de crédito político, responsabilidad de quien ha gobernado mirándose el ombligo", le espetó el dirigente popular al PNV. Ello y la política de Zapatero a nivel nacional se han traducido en una pérdida de valores como el trabajo, el esfuerzo o el espíritu de superación que tanto "aboca a la especulación" como complica capear el temporal cuando la crisis arrecia. "Así es muy difícil encontrar inversión y es muy fácil que la que tenemos decida marcharse", sostuvo.

En la estela del tipo de discurso que Rajoy trazó el domingo en Madrid en el primer Foro Abierto popular, Basagoiti buscó la referencia a esos conceptos, a "recuperar la ilusión" y a la defensa de las libertades ciudadanas para instar al cambio de modelo político que abandera para las elecciones del 1 de marzo.

Frente a un Ibarretxe que, con la colaboración del PSE, "lleva años especulando con el futuro de los vascos y sometiendo el bienestar general a su conveniencia política", Basagoiti se presentó como único garante de un nuevo modelo que piense sólo en los ciudadanos. "Debemos recuperar la posición de referencia que siempre hemos ocupado los vascos en España y en el mundo. Eso es lo que nos jugamos en marzo", incidió.

"Se tiene que volver a hablar de los vascos donde hace falta, ni en los tribunales ni en los envites a la Constitución y al Estatuto, sino donde se genera riqueza", resumió su idea.

El aspirante popular tildó directamente de "infamia" la descalificación de Ibarretxe, repetida múltiples veces por los peneuvistas, de que el PP y el PSE no son capaces de gestionar Euskadi. "Ellos de Euskadi sacan poltronas y dinero, nosotros [y aquí sumó al PSE] escoltas y falta de libertad" y algunos se han dejado incluso la vida.

Se esforzó además por alejar la imagen de que el PP va a apoyar en cualquier caso a los socialistas para evitar que siga gobernando el PNV, una de las estrategias claras de la precampaña popular.

Tras destacar que esa variable del acuerdo entre las formaciones constitucionalistas "no está sobre la mesa", Basagoiti enfatizó que "quien necesita que Ibarretxe sea lehendakari es Zapatero" para tener estabilidad en el Gobierno central gracias a los votos peneuvistas en el Congreso.