El edificio donde murieron cuatro niños había pasado todas las revisiones

Más de dos mil personas asistieron ayer en Sant Boi (Barcelona) al funeral por los cuatro niños fallecidos al hundirse el túnel de bateo para béisbol en el que se encontraban el pasado sábado. El polideportivo de Can Parellada resultó insuficiente para acoger a los ciudadanos que acudieron a la ceremonia, a la que asistieron el presidente de la Generalitat, José Montilla, y la ministra de Defensa, Carme Chacón, entre otras autoridades. El momento más emotivo se vivió cuando profesores y amigos de los fallecidos tomaron la palabra para recordar la vitalidad de los niños ausentes. Sus compañeros del equipo de béisbol han pedido que el estadio lleve el nombre de las víctimas.

El túnel de bateo para béisbol que se hundió el sábado causando la muerte de los cuatro niños había pasado todas las revisiones sin problemas, según el alcalde. La última, en 2002, la firmó el arquitecto de la Diputación de Barcelona Juan Andrés Hernando. En su informe escribió que la nave se encontraba "en muy buen estado", que era de "buena calidad" y "la mejor de Cataluña". Sant Boi es, junto a la localidad vecina, Viladecans, la cuna del béisbol catalán.

El informe del arquitecto, según explicó el alcalde del municipio, Jaume Bosch (PSC), a este diario, provocó que las inversiones previstas no incluyeran ninguna partida para el túnel. "Teníamos previsto actuar en las gradas, el césped y los vestuarios, pero no en el túnel porque no necesitaba ningún tipo de intervención", señaló.

El proyecto del edificio no fue visado por el Colegio de Arquitectos. Al ser un equipamiento municipal, la ley no lo exigía. Podía hacerlo un arquitecto o un ingeniero, en este caso lo redactó una ingeniera de Caminos municipal, Carme Ruiz. La construcción fue supervisada por la Generalitat que, el 16 de marzo de 1993, subvencionó la obra con 30 millones de pesetas.

Los edificios debían poder soportar ráfagas de hasta 100 kilómetros por hora y este cumplía la normativa. El día de la tragedia, la ráfaga máxima de viento se registró entre las 10.00 y las 11.00 y fue de 122,2 kilómetros por hora. La normativa actual exige que los edificios puedan resistir ráfagas de hasta 200 kilómetros por hora. Una veintena de municipios de Barcelona y Tarragona continuaban ayer sin suministro eléctrico ni agua por los daños causados por el temporal. Además, 28 centros de Barcelona, Tarragona y Lleida, con más de 8.300 alumnos, no pudieron impartir clase.