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Los últimos de la lista

Los colegios públicos peor clasificados en la prueba de sexto de Primaria de mayo denuncian que aún no han recibido ningún apoyo de la Comunidad

Pilar Álvarez

El día del examen sólo había dos chicos en el aula. Y los dos suspendieron. Pura carambola. "El año pasado hizo la prueba uno y como aprobó, obtuvimos un buen resultado", explica la directora de un colegio rural del noreste de Madrid, con 20 estudiantes. Es un detalle que no aparece en la estadística de la prueba de sexto de Primaria de la Comunidad de Madrid. Las notas salieron en junio. Su centro quedó entre los 10 públicos con peores resultados de toda la región. Seis meses después, la Consejería de Educación propone un plan para mejorar sus resultados con más exámenes y una evaluación externa. Los peor clasificados, que no han oído hablar de ese proyecto, exigen más profesores y más medios.

Son escuelas que superan el 30% de alumnos extranjeros
Los peor parados coinciden en que hacer públicas las notas fue un error
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Educación dice que el plan de mejora es voluntario

"¿Plan de mejora? No sé de qué me habla; la única mejora que conozco es que el inspector viene más que hace un año y nos da más trabajo", "nadie se ha puesto en contacto con nosotros", "nos enteramos de las notas por la prensa y hasta hoy". Este periódico ha contactado durante el último mes con los 10 colegios públicos peor clasificados en la lista. Dos declinaron responder. Ninguno de los otros ocho -que contestaron a cambio de guardar el anonimato- conocía el plan de mejora que Educación ha puesto en marcha en diciembre, tras cosechar los peores resultados desde que la Comunidad examina a sus alumnos. Dos de cada cinco niños suspendieron la prueba.

Las medidas llegan a cuatro meses del próximo examen, para el que algunos profesores proponen la objeción de conciencia. Los centros que salieron peor parados coinciden en que hacer públicas las notas fue una mala idea. La clasificación fría deja muchos detalles fuera, que marcan la diferencia y que no se ven en cuatro exámenes de lengua y matemáticas que sus chicos enfrentaron en una mañana.

La radiografía de estos centros muestra esos datos que no salen en la lista, en la que suspendieron el 43% de los colegios públicos frente al 20% de los concertados y sólo el 6% de los privados. Son las razones que les sitúan en la cola de una prueba que no les convence porque, aseguran, no ha supuesto mejoras desde que se puso en marcha en 2005.

Los últimos de la lista son colegios en los que la población extranjera supone del 30% a casi el 100% del alumnado. "La mayoría de nuestros chicos no habla bien español y el resto son gitanos con graves problemas de absentismo, ¿cómo van a medirlos con el mismo rasero?", protesta la directora de un centro del sur de la capital. "En esa lista no se cuenta que nos llegan alumnos rumanos a mitad de curso a los que también hay que educar", protesta otra de un colegio del Corredor del Henares que asegura que, en su centro, "la tarea es más asistencial que educativa, algunos alumnos vienen a clase porque hay calefacción". En otro de Latina hay tanta movilidad de escolares, que sólo quedaban en la prueba dos de los 62 que iniciaron la primaria. El resto se habían ido incorporando después.

Todos reclaman más recursos. "Hemos pedido un logopeda y un pedagogo terapéutico, no nos los han concedido", protestan desde un colegio rural. "Tenemos un único profesor de compensatoria y hay 400 alumnos", protestan desde otro municipio pequeño del suroeste. Allí achacan los malos resultados a una clase de alumnos "muy revoltosos" que boicotearon la prueba porque no les parecía bien. "Necesitamos un profesor más para desdoblar un grupo del tercer ciclo", reclaman desde Latina. Sólo en uno de los centros, el del Corredor del Henares, aseguran que tienen un equipo de apoyo suficiente para sus casi 200 alumnos, con un especialista en audición y lenguaje a tiempo completo. Pero piden que hagan fijos a los interinos. En este centro, preocupan los malos datos y la mala publicidad de estar al final de la cola. Pero sus prioridades son otras: "Nos interesa mucho más que nuestros niños no estén en la calle y vengan a clase, que la prueba de matemáticas".

Del Defensor a la Asamblea

La prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables (CDI) tiene pocos amigos más allá del Gobierno regional. Cuando la Comunidad de Madrid presentó en diciembre las notas de cada colegio por distritos y municipios, hubo protestas de asociaciones de padres y madres, del consejo de directores de la educación pública y de la federación que agrupa a la concertada, de grupos de profesores, y de la oposición, que reclamó la dimisión de la consejera de Educación, Lucía Figar.

Izquierda Unida ha sido la última en exigir medidas. La semana pasada presentó una queja ante el defensor del pueblo, Enrique Múgica. Denuncian que la publicación del listado de colegios infringe la ley y que el Gobierno regional ha faltado a la promesa de no volver a facilitar las clasificaciones.

En 2005, Esperanza Aguirre dio un listado con los 100 centros escolares mejor posicionados. Tras el revuelo que se montó, Educación se comprometió a no volver a hacerlo. IU pide ahora la mediación de Múgica para que nunca más se haga pública esa lista. La prueba de sexto de Primaria llegará también a la Asamblea de Madrid, donde los diputados analizarán los resultados.

El 'test', en cifras

- En mayo, 57.000 alumnos de 12 años de 1.208 colegios de Madrid se examinaron de la prueba de conocimientos

y destrezas indispensables (CDI).

La prueba, con cuatro exámenes en una mañana, evalúa los conocimientos de lengua y matemáticas de los escolares.

Suspendieron dos de cada cinco estudiantes, el peor resultado desde que Educación empezó a evaluar a los chicos en 2005.

Casi la mitad de los centros públicos (43%) suspendieron el examen, frente al 20%

de los concertados y el 6% de los privados.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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