"Nos van a echar de casa"

Ramiro Abril, un gallego de 37 años, se planta en la oficina del Inem de Vallecas cuando apenas es de día. Pasará la mañana esperando en la salita, fumando en el portal y tomando un café en el bar de enfrente. Hasta que le llegue el turno. Le deben tres meses de paro y no se los pagan. Su mujer, Yolanda Fernández, le espera en casa para comer con sus dos hijos. Sin contar con el que está de camino. Sale de cuentas el 20 de febrero.

"Era albañil, pero me quedé sin empleo hace unos meses cuando la constructora quebró", cuenta Ramiro. Yolanda Fernández, de 34 años, fue despedida de una empresa de limpieza porque la barriga empezaba a abultar. "No quisieron renovarme el contrato y estoy en paro". Este mes se le ha acabado la prestación de 415 euros. Y la de Ramiro, si cobra lo que le deben, finaliza en enero. Viven de alquiler, pero éste es el tercer mes que no pagan. "Ya no abonamos las facturas, ni el alquiler, ni saldamos los dos créditos que tenemos, 3.000 euros en total. Lo que nos queda es para comer", dice Ramiro. Cáritas les pagó en septiembre dos meses de deuda con el casero.

David Vegara, secretario de Estado de Economía, dijo ayer que haría un seguimiento de las familias con todos sus miembros en paro por si hay que estudiar más ayudas. Ramiro y Yolanda son una de las 827.000 en esta situación. Más vale que el auxilio llegue pronto, porque la casera les dijo ayer que tienen que dejar el piso.

Les quedan pocas opciones. Quizá volver con los padres de Ramiro en Vigo. Tendrían techo gratis y su hermano posee una pequeña constructora. O irse con su otro hermano, que vive en Suiza y es químico. Pero Ramiro emigraría solo. "No quiero llevarme a la familia allí, justo ahora que va a nacer mi tercer hijo". Puede que España esté volviendo a sus andadas.