El PNV sitúa el derecho a decidir como eje de su política hasta 2020
Urkullu no aclara quién pilotará la búsqueda del "nuevo estatus político"
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, parafraseó ayer al nuevo presidente de EE UU, Barack Obama, para explicar los resultados del proceso de reflexión interno Think Gaur Euskadi-2020: "El mundo ha cambiado y tenemos que cambiar con él". Pero a tenor de las principales conclusiones del debate interno, presentado ayer por Urkullu en presencia de buena parte de la dirección del partido, los peneuvistas pretenden usar para lograr ese "nuevo estatus político" que demandan buena parte de los resortes ya ensayados, sin éxito, en el pasado.
Urkullu puso en valor el Estatuto Político (plan Ibarretxe) aprobado por mayoría absoluta en la Cámara vasca en diciembre de 2004, y rechazado por el Congreso poco después. Pero sobre todo subrayó como clave no tanto el reconocimiento del derecho a decidir, sino que se "garantice su ejercicio", lo que apuntaría a un instrumento como la consulta con que Ibarretxe dinamizó la última parte de esta legislatura, y que fue anulada por el Tribunal Constitucional. Dos instrumentos fallidos que necesitaron para su aprobación en la Cámara de los votos de la izquierda abertzale que no condena la violencia etarra.
Defiende una salida dialogada a ETA para garantizar el final de la violencia
La nueva aportación de este proceso, ya desgranada por Urkullu en Vitoria el 30 de octubre pasado, es la búsqueda de un renovado estatus político basado en un "concierto político" con el Estado. Para abordar esa "segunda transición democrática" en Euskadi, el modelo sería el del Concierto Económico, desde la "bilateralidad" y la "reciprocidad" con el Estado. Un acuerdo que "garantice la singularidad institucional de Euskadi, de acuerdo con la naturaleza plurinacional del Estado, consolidando un sistema de garantías entre Euskadi y el Estado que impida las vulneraciones de los pactos alcanzados", precisó. Todo desde el principio de "más Estado vasco", lo que conlleva que las instituciones vascas "intervengan en todos los ámbitos" que necesite la sociedad, "independientemente de sus competencias". ¿Y quién va a liderar ese planteamiento de diálogo político con España, el partido o el lehendakari? Urkullu no lo aclaró, porque su respuesta a esa pregunta fue: "el PNV y el lehendakari del PNV". Precisamente, las desavenencias entre Ibarretxe y Josu Jon Imaz, primero, y las diferencias entre el lehendakari y el propio partido, después, han estirado al máximo las costuras peneuvistas.
Sobre el otro gran tema de política general, la violencia terrorista de ETA, el PNV combina su rechazo inequívoco al uso de la violencia para obtener fines políticos, con la defensa de una salida final dialogada. Apoya sin fisuras la eficacia policial, judicial y la deslegitimación social del terror etarra. Pero cree que lo que realmente garantizará "con más éxito" el final de ETA es un proceso dialogado. Con un planteamiento novedoso frente a los ensayos de treguas anteriores: previamente tiene que darse un compromiso de "cese definitivo de la violencia" por parte de ETA, el mismo planteamiento que manejan los socialistas y Zapatero.
"El PNV se ha abierto, ha buscado lo mejor y lo quiere incorporar a Euskadi" resumió el máximo dirigente peneuvista al referirse a una reflexión en la que han participado más de 2.600 personas y se han estudiado 30 experiencias internacionales de varios continentes.
LAS RESTANTES BASES DE ACTUACIÓN Y METAS PARA LA PRÓXIMA DÉCADA
Innovación
El área de Innovación, coordinada por Estíbaliz Hernáez, apunta: "Necesitamos que las empresas vascas sean competitivas en un escenario abierto y globalizado". Entre las debilidades apuntadas en el proceso de reflexión en esta materia estarían la desventaja competitiva en idiomas, la escasez de patentes, la falta de movilidad laboral y la baja inversión en I+D+i.
Entre las oportunidades, el PNV ve la coordinación pública-privada entre empresas e instituciones y destaca las "posibilidades de concentración empresarial en Euskadi que favorezca la consolidación de sectores económicos críticos y facilite una mayor capacidad de competir en el mercado global". El PNV quiere hacer "atractivo el retorno y la vinculación laboral a Euskadi" de los jóvenes que salgan fuera para formarse.
Política social
El área coordinada por Juan María Aburto plantea "mejorar la cohesión y bienestar social a través de un modelo de protección social económicamente viable". Entre las metas en este capítulo figura garantizar una renta básica para las personas sin recursos mientras permanezcan en esa situación. Sobre las pensiones de viudedad, el objetivo es lograr "por lo menos" que se llegue al "70% de la pensión de su pareja".
Los peneuvistas son conscientes de que la evolución de la pirámide demográfica creará tensiones y admiten que "el margen para incrementar la presión fiscal en un mundo globalizado es pequeño". Apunta como amenaza que la demanda de servicios sociales "crece a un ritmo mayor que la oferta". Como oportunidad: la inmigración aportará para subir el PIB.
Sostenibilidad
Arantza Tapia, coordinadora de la reflexión del partido en esta materia, plantea como objetivo "cubrir el 25% de la demanda energética a través de sistemas eco-energéticos", aunque apunta que el actual modelo energético es "insostenible": tanto en tipo de energías, por el exceso de consumo, como por la excesiva dependencia de Euskadi, sobre todo en combustibles fósiles. El AVE vasco supone para el PNV una "especie de puente ferroviario", frente a los movimientos "de resistencia extrema al desarrollo amparados en motivaciones medioambianeles".
En el haber de Euskadi, aprecia un "sector económico y empresarial relevante orientado al desarrollo de proyectos sostenibles". Apunta como amenaza el "riesgo de desertización de algunas zonas" y la perdida de biodiversidad.
Cultura
El coordinador de este área ha sido Imanol Pradales, quien avanza en sus conclusiones que cada vez cobra más envergadura "el intercambio cultural y las culturas mixtas basadas en la multiculturalidad social". Uno de los objetivos peneuvistas para la próxima década es "garantizar el desarrollo de la identidad vasca y el euskera, que son un patrimonio común, en un medio globalizado con tendencia a la uniformización cultural". Por ello, el partido aboga por trabajar "en la construcción de la identidad vasca desde lo que nos une a toda la ciudadanía, desde el respeto a la diferencia y desde nuestro patrimonio y memoria colectiva".
Entre las amenazas figura la "incapacidad" para integrar a las personas que llegan a vivir y trabajar a Euskadi y lo que desvirtúa el terrorismo etarra.
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