Moratinos propone Barcelona para la cumbre mediterránea de 2010
Bélgica cede a España la organización de la segunda reunión de la UpM
Como flamante sede del secretariado permanente de la Unión por el Mediterráneo (UpM), Barcelona tiene prácticamente asegurada la organización de la primera cumbre que celebre este organismo tras la que formalizó su creación el pasado mes de julio, en París. La UpM, una iniciativa del presidente francés, Nicolas Sarkozy, reúne a un total de 43 países: los de la Unión Europea (UE) y todos los ribereños del Mediterráneo.
El jefe de la diplomacia española, Miguel Ángel Moratinos, desveló ayer en la capital catalana que Bélgica, el país al que formalmente le correspondería hacerlo por ocupar la presidencia de la UE en el segundo semestre de 2010, ha aceptado que la cumbre se adelante para que pueda celebrarse durante la presidencia española, en el primer semestre del año próximo.
El ministro asegura apoyo del Gobierno a la adaptación del hospital de Sant Pau
"Esperemos que sea en Barcelona", añadió el titular de Exteriores, que no quiso, sin embargo, confirmarlo formalmente. "Así me lo podrán preguntar un centenar de veces", ironizó. El hecho de que Barcelona acoja -en el Palau de Pedralbes- la sede del secretariado, añadió el ministro, es una garantía de la proyección futura de esta institución. El ministro hizo suyo también el viejo deseo de capitalidad de la ciudad, al asegurar que "el Gobierno, la Administración y el ministerio" apoyan sin condiciones que "se haga realidad la vocación" de capital mediterránea de Barcelona.
Moratinos aterrizaba en el aeropuerto de El Prat, casi sin dormir, tras haber participado en las negociaciones que llevaron el alto el fuego a la franja de Gaza, pocas horas después de cenar en Jerusalén. En Barcelona presidió la reunión del Patronato del Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed); se entrevistó con el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el alcalde la ciudad, Jordi Hereu, y visitó el edificio modernista del hospital de la Santa Creu i Sant Pau, que debe convertirse en un centro logístico para las instituciones y empresas que trabajen en proyectos relacionados con la UpM.
El ministro garantizó el apoyo del Gobierno español a la adaptación de Sant Pau a su nuevo cometido y anunció que tendrá una importante vinculación con el IEMed, una institución en la que participan a partes iguales las tres administraciones -Exteriores, Generalitat y ayuntamiento- y que alcanza así su vocación inicial de ser el think tank de la política mediterránea. En este sentido, el ministro señaló que este espacio acogerá a investigadores y científicos para que reflexionen sobre el futuro del Mediterráneo con relación a temas culturales y de desarrollo.
El edificio modernista del arquitecto Domènech i Montaner, considerado patrimonio de la Humanidad por la Unesco, dejará de tener funciones hospitalarias en muy breve plazo, tan pronto como se trasladen los últimos servicios al nuevo recinto construido en unos terrenos anejos.
La consejera de Salud, Marina Geli, aseguró que en los próximos días se anunciarán las primeras medidas destinadas a la transformación de Sant Pau para su nuevo cometido, aunque todavía no haya acabado el traslado de los servicios sanitarios a las nuevas dependencias, previsto para antes del verano.
La guerra de la franja de Gaza, el último episodio del conflicto palestino-israelí, planeó irremisiblemente sobre la visita de Moratinos. Incluso el presidente Montilla, durante la reunión de patronato del IEMed, señaló la necesidad de organismos como la UpM para buscar la paz.
Montilla abogó por la "coordinación y el trabajo conjunto" del Gobierno español, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, cuya unidad es el "elemento sustancial para superar todas las dificutades que se presenten a partir de ahora".
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