La otra mirada a lo cotidiano

No todo es lo que parece. No se puede describir una habitación sin haber descorrido antes las cortinas. ¿Qué hay detrás de cada objeto? ¿Qué se esconde entre lo que estamos acostumbrados a mirar y a tocar? El fotógrafo madrileño Chema Madoz lleva años encargándose de poner en evidencia el extraordinario contenido que se halla en lo más simple. En su labor docente también promueve en sus alumnos forzar los ojos en lo cotidiano. Para que un reloj, una cuchara o una llave sean mucho más que esos objetos que usamos diariamente.

Lo que ha llegado hasta Cádiz es un compendio de imágenes de Madoz entre 2000 y 2005. Son 75 fotografías en blanco y negro y una proyección audiovisual de 35 minutos. "Hay una inusitada riqueza en nuestro entorno más cercano", sugiere el autor para justificar su apuesta cerrada en torno a lo rutinario. Pero no le agobia sentirse encerrado en una misma temática. Porque este universo de pequeñas cosas es, según sus palabras, "un territorio sin límites".

Madoz ha ganado ya el Premio Nacional de Fotografía. Se mueve en el absurdo de una cuchara con sombra de tenedor, en la paradoja de un cubito de hielo que se asemeja a un regalo, en el humor de una copa de vino frente al sexo de una mujer. La realidad, dice el fotógrafo, tiene muchas grietas y su cámara se introduce en ellas. La exposición ya ha recorrido múltiples lugares y siempre llama la atención por la fuerza visual de sus imágenes. Lo simple se complica. Lo ordinario se vuelve extraordinario. Hay puntos extraños en la normalidad. Todo eso siempre está ahí y Chema Madoz se encarga con su objetivo de recordarlo.

En la diputación de Cádiz. Hasta el 8 de marzo. Gratuita.