Marc Coma liquida su deuda
El español vuelve a ganar el Rally Dakar y se quita una espina clavada durante dos años
Hace dos días, en el campamento del Rally Dakar que se levantó en Córdoba (Argentina), Jordi Arcarons no paró quieto, de acá para allá, hasta que comprobó que Marc Coma (Avià, Barcelona; 1976), su pupilo, había aparcado su KTM debajo de la carpa de reparaciones de la fábrica austriaca. Entonces tenía una hora y media de ventaja al frente de la clasificación general y estaba a menos de 800 kilómetros de volver a ganar la carrera. Arcarons no estaba dispuesto a dejar ningún fleco a merced del azar. La moto de su piloto no había sufrido durante la etapa anterior y no había motivo para alarmarse. Pero este zorro del desierto no resopló tranquilo hasta que les hubo endosado una slinga (cinta de arrastre) a Jordi Viladoms y Gerard Farrés, los dos ángeles de la guardia que han procurado la seguridad de Coma durante toda la prueba. "Marc llegará a Buenos Aires, aunque sea remolcado", aseguraba el ex dakariano. Pues bien, a las dos y media de la tarde de ayer, Coma llegó él solito a Buenos Aires, donde fue recibido como ganador de esta edición tan especial del Dakar, la primera que se ha disputado en tierras suramericanas. Esta victoria es la segunda en el palmarés de Coma, que ya se impuso en 2006, y le ensalza como el único español que ha sido capaz de imponerse más de una vez en la carrera por etapas más severa del mundo del motor.
"Tenía que trabajar sin obsesionarse con su accidente de 2007", explica su psicólogo
Más allá de la frialdad de las estadísticas, este triunfo tiene un efecto curativo para el catalán de Avià, el hijo del alcalde, como le conocen en el pueblo, porque le permite liquidar una deuda que tenía pendiente consigo mismo desde hace dos años. En la penúltima etapa del Dakar de 2007, el último celebrado en territorio africano, Coma se perdió por la sabana, se cayó y echó a perder su hora de ventaja sobre el francés Cyril Despres, que lo celebró a lo grande. La anulación de la carrera de 2008 a causa de las amenazas terroristas le impidió exorcizarse, de manera que ha tenido que esperar otro año más, otra oportunidad.
Ahora, al fin, ha podido demostrarse a sí mismo que aquel gatillazo no fue más que un mero accidente. Y lo ha hecho con un discurso extraordinario, por indiscutible y contundente, que viene con mensaje: no hay ningún motociclista de raids que pueda con él.
A pesar de esa sonrisa que nunca pierde, el trayecto no ha sido fácil. "Lo primero que había que hacer era entender qué ocurrió hace dos años", asegura Pep Font, el psicólogo del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat que trabaja con Coma, "y luego trabajar para adaptarse a las nuevas condiciones de la carrera". Con el galimatías que se montó con el cambio de suministrador de neumáticos, de Michelin a Pirelli, la prioridad pasó a tratar de saber cuándo montar bip-muse (la espuma que se introduce a presión entre la cubierta y la llanta) y cuándo cámara de aire. "El riesgo ha sido controlado porque se ha entrenado mucho. Además, ha realizado ensayos específicos para cambiar cámaras de aire a toda pastilla. Había que lograr que el hecho de pinchar no se convirtiera en un golpe moral. Marc tenía que aceptar que eso podía pasar para reaccionar con normalidad", ahonda Font, que ve en su cliente un piloto de enduro distinto al resto: "La mayoría sólo se dedica a ir en moto. Él diseña unos programas y los sigue a rajatabla". En función del día, emplea una moto pequeña, de motocross, para realizar un tipo de entrenamiento o sale con una grande, la de las carreras, especial para otras cosas. "Además", esgrime Font, "en el CAR ha trabajado en una cámara de hipoxia para adaptarse a realizar esfuerzo con mucho calor y sin oxígeno con el fin de que el agobio típico de las condiciones de altura no le sorprendieran. Hasta en su casa, antes de salir hacia Buenos Aires, llegó a dormir en una tienda de campaña para habituarse".
Metidos en faena, la percepción que muchos pueden haber tenido de este inédito Rally Dakar es que ha sido un paseo triunfal para el piloto de KTM. Falso. "El problema ha sido gestionar la carrera a partir del segundo día, cuando ya tenía mucha ventaja. Marc tenía que tratar de no obsesionarse en lo que le podía pasar, máxime teniendo en el recuerdo lo de hace dos años", matiza Font.
Vea el blog de Repsol. Vídeos de todas las etapas.
Herido de gravedad un espectador
A siete kilómetros del final del tramo cronometrado de ayer entre Córdoba y Buenos Aires, el coche de Eric Vigoroux, dorsal número 324, sufrió un accidente y golpeó a un espectador, que perdió el conocimiento y quedó herido de gravedad. Según el comunicado que emitió la organización, el aficionado, de 29 años, se encontraba en medio de la zona especial, fuera de las habilitadas para el público. Tras ser atendido por un equipo médico de la carrera, el herido fue trasladado al hospital Clemente Álvarez, en Rosario, donde se le practicó un escáner y se le diagnosticó un traumatismo craneal.
Por otro lado, Giniel de Villiers se adjudicó la victoria final en la división reservada a los coches. De esta forma, Volkswagen se convierte en el primer fabricante que consigue ganar el Rally Dakar con un vehículo impulsado por un motor diésel.
Final: Coches: 1. G. de Villiers (SA / Volkswagen), 48h 10m 57s. 2. M. Miller (EE UU / Volkswagen), a 8m 59s. 3. R. Gordon (EE UU / Hummer), a 1h 46m 15s. Motos: 1. Marc Coma (KTM), 52h 14m 33s. 2. C. Despres (Fra. / KTM), a 1h 25m 38s. 3. D. Fretigné (Fra. / Yamaha), a 1h 38m 56s.
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