Velloso, orejón y membrudo

Después de las rutas literarias de El Quijote, el Cantar de Mío Cid y las andanzas manchegas de Jorge Manrique, Lazarillo y Camilo José Cela, la comunidad de Castilla-La Mancha ha lanzado una nueva tanda de seis, centradas en las figuras de Fray Luis de León, Francisco de Quevedo, Fernando de Rojas, el Arcipreste de Hita, Antonio Buero Vallejo y Antonio Martínez Sarrión. Es innegable la voluntad de someterse de nuevo en esta entrega a una suerte de "ley de igualdad" para que estén representadas las cinco provincias manchegas. Pero lo importante es que el producto está creado, con buenos folletos, centros de interpretación, casas-museo, jornadas o festivales.

01

Fray Luis de León nació en Belmonte, al sur de la provincia de Cuenca, en 1527. Pero apenas vivió allí cinco o seis años; después su familia se traslada a Madrid, y siendo ya adolescente estudia en Valladolid y después en el convento de Agustinos de Salamanca, ciudad a la que estará vinculado el resto de su vida, profesando como religioso, enseñando en la Universidad y sufriendo purga y cárcel por parte de la Inquisición. En la colegiata de Belmonte se conserva la pila de su bautismo. Justo al lado están las ruinas del palacio de don Juan Manuel (otro escritor cuya ruta está por explotar), las cuales pronto se convertirán en una hospedería de lujo. Lo más vistoso de Belmonte es el castillo, decorado de películas como Los señores del acero, de Paul Verhoeven; El Cid, de Anthony Mann, o la versión de El señor de los anillos que Ralph Bakshi realizó en 1979. La cuna de Fray Luis sirve de excusa para abarcar los paisajes que pudieron arropar su infancia, y que incluyen (entre otros) lugares como Villaescusa (con una preciosa capilla renacentista), los castillos de Garcimuñoz y Alarcón (donde se cruzan los caminos de Fray Luis con los de don Juan Manuel y Jorge Manrique) o la gran sorpresa de San Clemente, un granado conjunto monumental que hace guiños al futuro gracias a su Museo del Grabado y los talleres y actividades a él vinculados.

Poeta y sospechoso

» Casa-Museo de Fray Luis de León, 967 17 07 41 (es la oficina de turismo, en una casa de época a la que se ha dado el nombre de Fray Luis). Castillo de Belmonte, 627 40 66 80.

02

Aunque nacido en Madrid en 1580, Francisco de Quevedo, que anhelaba hacerse un hueco entre la nobleza, compró el señorío de la Torre de Juan Abad con los buenos maravedíes obtenidos en sus aventuras por Nápoles y Sicilia. En su villa pasaría temporadas cada vez más largas -unas veces huyendo de las intrigas de la Corte; otras, desterrado precisamente por intrigante y lenguaraz- y en ella escribiría buena parte de su obra. Una casa museo recuerda al hombre que salía de caza, hacía matanza, cuidaba su huerto y leía y escribía mucho. El pueblo está a un par de leguas de Villanueva de los Infantes. Aquí, en una celda del convento de Santo Domingo, murió Quevedo pocos días antes de cumplir 65 años; la celda se puede visitar en lo que es hoy una hospedería. Fue enterrado en la iglesia de San Andrés. La presencia de Quevedo en estas localidades sirve para urdir una ruta que recorre otras tan granadas como Valdepeñas, Manzanares, La Solana o el espejismo estepario de San Carlos del Valle, un conjunto barroco que parece flotar en medio de la nada.

De armas tomar

» Casa Museo de Quevedo, 926 38 38 07, www.latorredejuanabad.es.

03

Fernando de Rojas, autor de La Celestina -y menos conocido que su obra- debió de nacer hacia 1473 en La Puebla de Montalbán, a unos 30 kilómetros de Toledo; estudió en Salamanca y fue allí donde escribió su best seller (enseguida se hicieron varias ediciones consecutivas). Luego se instaló en Talavera de la Reina, donde casó, tuvo hijos y ejerció como abogado respetado, llegando incluso a ser alcalde mayor. Murió a los 68 años y fue enterrado en el convento talaverano de la Madre de Dios. Ahora reposa en el claustro de la Colegial de Santa María, uno de los reclamos monumentales de la ciudad de la cerámica. Pero es en La Puebla donde existe un Museo de La Celestina. La ruta de Rojas se completa con parajes tan evocadores como Malpica de Tajo, el castillo templario de Montalbán y la iglesia visigoda de Melque, la enigmática ciudad musulmana de Vascos, El Puente del Arzobispo y Oropesa.

Ruta d e 'best seller'

» La Puebla de Montalbán, 925 77 65 42, www.pueblademontalban.com. Talavera de la Reina, 925 82 63 22, www.turismo.talavera.org.

04

Membrudo, velloso y orejudo. Así describe a don Melón (su álter ego) Juan Ruiz, quien debió de nacer en una Alcalá (¿cuál de ellas, cuándo?), y que en 1330 era ya arcipreste de Hita, la cual contaba entonces con seis parroquias. Lo poco que sabemos del autor de El libro de buen amor se puede curiosear en la casa museo que tiene en Hita, villa alcarreña. La ruta se solapa, claro está, con las antes creadas en torno al Cid (que campeó por estas plazas) y en torno a Cela (que tiene en el castillo de Torija su Museo del Viaje a la Alcarria).

Retrato de don Melón

» Casa del Arcipreste, 949 85 27 63, www.hita.com.

05

La atención al presente se cifra en estas propuestas literarias con dos rutas urbanas: una centrada en Guadalajara, ciudad que vio nacer al dramaturgo Antonio Buero Vallejo en 1916; otra dedicada a Albacete, donde vio la luz el poeta y memorialista Antonio Martínez Sarrión en 1939. Ambos pasaron infancia y adolescencia en la ciudad natal; Buero, hasta los 18 años, Martínez Sarrión, hasta los 17. De Buero queda en Guadalajara el vago recuerdo de sus estudios en el instituto. La capital alcarreña, que hace esfuerzos por recuperar sus señas de identidad (restaurando, por ejemplo, los restos del Alcázar Real, y resaltando la herencia renacentista de los Mendoza), ha dedicado a Buero Vallejo un teatro auditorio proyectado por Luis Rojo. Martínez Sarrión publicó en 1993 Infancias y corrupciones, un volumen donde retrata los años vividos en Albacete.

Dos voces de hoy

» Oficina de turismo de Guadalajara, 949 21 16 26, www.guadalajara.es. Oficina de turismo de Albacete, 967 58 05 22, www.albacete.com

Guía de Castilla-La Mancha

Guadalajara literaria