La depuradora paralizada en Tui se empezó a tramitar hace 20 años

La Consellería de Medio Ambiente asumió ayer la gestión de la depuradora de Guillarei, la mayor de Galicia, dos años y medio después de ser construida. La planta arrancará esta semana en fase de pruebas, pero no estará a pleno rendimiento hasta dentro de unos seis meses. Mientras, los cuatro ayuntamientos a los que dará servicio (Mos, Porriño, Salceda de Caselas y Tui) deberán aprobar las ordenanzas de vertidos y las tasas que pagará el vecindario, que habrán de ser las mismas en los cuatro.

La depuradora de Guillarei es la obra hidráulica más importante inaugurada en Galicia en los últimos años. Los trámites para su construcción se iniciaron hace más de 20, con una urgencia impulsada por los graves índices de contaminación de la cuenca del río Louro, sobre todo por los vertidos industriales, y subsiguientemente del último tramo del Miño, para cuya cuenca ayer mismo se anunciaba una intervención a ambos lados de la frontera que la convertirá en "un modelo ejemplar de testión hidráulica".

En la obra, acabada hace dos años y medio, se invertirán 120 millones

La obra de Guillarei fue acometida por la Confederación Hidrográfica del Norte, sin establecer las condiciones posteriores de gestión, y así se concluyó, hace dos años y medio, sin ningún compromiso concreto en relación con su funcionamiento por parte de la Xunta y de los municipios implicados. Ahora, a los 112 millones de euros que ha costado la construcción, incluida una red de colectores que suman 90 kilómetros, hay que sumar un millón más para reparar los destrozos por vandalismo y otras operaciones para su puesta a punto, y otros siete millones para la construcción de las conexiones a las redes de saneamiento de los cuatro ayuntamientos. La planta tiene capacidad para tratar las aguas de 130.000 habitantes equivalentes, ampliables a 185.000 en un horizonte de 20 años, lo que cubre las necesidades domésticas e industriales de la comarca.

En la firma de la recepción de ayer, en Tui, participaron el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez; el presidente de Augas de Galicia, José Luis Romero, y el de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Fernández Liñares, junto con los cuatro alcaldes y representantes empresariales.

Una vez concluya la puesta a punto, adjudicada a Aquagest durante este periodo inicial de seis meses, se adjudicará la gestión mediante concurso público para un plazo de 10 o 15 años. Independientemente del modelo de consorcio que establezcan la Xunta y los cuatro ayuntamientos, que será el que realice la adjudicación definitiva, Medio Ambiente quiere vincularlo a las funciones que cubra la Axencia Galega da Auga en el marco de la Lei de Augas, cuya aprobación estaba anunciada ya para hace dos años pero que termina la legislatura sin que haya pasado la fase de borrador.

"Será de las primeras que se aprueben en la próxima legislatura", aseguraron ayer fuentes de la consellería. La Lei de Augas introducirá un cambio en el actual modelo de gestión, en el que 14 plantas dependen de la Xunta (Augas de Galicia) y más de un centenar de los ayuntamientos o empresas a las que les han sido adjudicadas por la administración local. Muy pocas, en este centenar, cumplen los parámetros medioambientales requeridos por la Comisión Europea, por deficiencias en la gestión o el funcionamiento. La actualización y homologación de todas ellas será el cometido inicial de la Axencia Galega da Auga.

La nueva depuradora de Vigo (232 millones de euros de inversión para que esté en funcionamiento en 2011) parece llamada a ser la estrella del sistema. Ayer el vecindario del entorno presentó un conjunto de alegaciones que señalan su "ilegalidad" e "inviabilidad técnica".