La simplicidad de un motivador

Cinco partidos disputados, cuatro victorias, una derrota y dos goles encajados. Es el botín de Juande que en un mes ha conseguido frenar la sangría goleadora de la que era víctima el equipo [lleva tres partidos seguidos con la portería a cero], cambiar los hábitos de trabajo en Valdebebas y dar orden en el campo. El técnico manchego -que por el camino ha recuperado a jugadores claves como Robben, Pepe y Heinze- ha tenido en el Madrid un efecto dominó parecido al que tuvo cuando cogió las riendas del Tottenham en octubre de 2007. El equipo había ganado un partido de once y marchaba el último; acabó la liga undécimo, ganó la Copa y gracias a eso se clasificó para la UEFA. Todo eso en siete meses.

"Es una persona que lo tiene todo controlado y muy bien estructurado. Sabe lo que quiere de cada uno en cada momento. Está encima de todos, no deja nada sin atar", cuenta Marcelino Torrontegui, masajista del Málaga, en el que coincidió con Juande en 2003-04. Los que trabajan y han trabajado con el ahora técnico del Madrid concuerdan en que hay tres cosas que le permiten ser tan eficaz a la hora de plasmar sus ideas y motivar a sus jugadores: su forma de ser, la ambición y la simplicidad.

"Es un tío extremadamente normal y eso influye mucho en los futbolistas porque siempre miran a la persona no sólo al técnico. Juande crea buen ambiente habla mucho con la gente, mantiene las distancias pero si hay que hacer una broma para acercarse a alguien la hace", destaca Gustavo Poyet que fue su asesor-ayudante durante su etapa en la Premier. Y añade: "en el fútbol la gente quiere hacer las cosas complicadas para destacar. Juande no, es muy simple y muy ordenado tanto en los entrenamientos como en los partidos, es muy fácil identificarse con sus ideas futbolísticas".

Las exigencias a las que tuvo que responder en el Tottenham, sin embargo, -allí nadie le pedía títulos- son muy inferiores a las que se tiene que enfrentar en Chamartín. Y de hecho firmó un contrato de solo seis meses de duración. Su continuidad para la temporada que viene depende de los títulos que coseche en estos seis meses. "Estuve con él en el Málaga, en el Sevilla, en el Tottenham y ahora en el Madrid y siempre ha estado igual de ambicioso", afirma Marcos Álvarez, el preparador físico del conjunto blanco. "Le hace llegar a los jugadores lo que quiere a nivel táctico de una forma muy sencilla y no de deja contagiar por el entorno", continúa. Schuster también creía que no se iba a dejar contagiar. Su frase favorita antes de sentarse en Chamartín era: "si he conseguido que juegue bien el Getafe, cómo no voy a conseguir que lo haga el Madrid". Hace una semana declaró en l'Equipe que llevar el timón del club blanco era imposible porque "hay demasiada gente que quiere inmiscuirse". "Juande escucha a todos pero no se deja guiar. Sabe que su futuro está en el presente, en estos seis meses, y no tiene que perder el tiempo mirando al pasado o a más allá de junio", asegura Álvarez. De momento, se ha desvinculado de los dos fichajes de invierno -"Lass ya estaba casi hecho cuando llegué"- y del caos creado por Mijatovic y Calderón para las listas de la Champions -"la verdad es que yo no sabía nada, me ha sorprendido"- y se ha centrado en su trabajo. "Es un gran motivador y lo es a diario. Al jugador eso le sube mucho la autoestima", concluye Poyet.