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Discrepancias de Caballero con Política Territorial por el plan de transporte

El alcalde vigués se une a las críticas de otros regidores de la comarca

María Fernández

Abel Caballero, alcalde de Vigo, está tensando la cuerda con la Consellería de Política Territorial ante un posible pacto para articular el sistema de transporte metropolitano. El pasado miércoles no apareció en la firma del protocolo de intenciones que se anunciaba como el primer paso para convertir el servicio de barcos por la ría en un medio viable. Y no lo hizo "por problemas de agenda", según la versión de la Xunta, a la espera de que firmase "esa misma tarde". Pero Caballero ni rubricó el documento ni lo hará porque considera que "es una declaración de intenciones" y que ahora "ya no tiene sentido", según indicaron fuentes municipales.

El gesto revela un malestar que tiene su origen en la negociación del sistema metropolitano de transporte de viajeros. El departamento que dirige la conselleira María José Caride invitó a once municipios a sumarse a un plan que permita a los ciudadanos moverse sin utilizar el coche particular gracias a subvenciones en el precio del billete de autobús del 50%.

Con ese abaratamiento y estableciendo más líneas y frecuencias se espera contener los embotellamientos, frecuentes en las entradas y salidas de la ciudad. El proyecto plantea que los ayuntamientos paguen el 20% de la subvención, y la Xunta asumiría el 80% restante. El plan obligará al transporte urbano de Vigo a asumir mayores cargas, ya que se esperan más transbordos desde las líneas metropolitanas que conecten los municipios limítrofes. Y ahí parece estar el mayor problema.

Xulio Calviño, el concejal de Tráfico encargado de cuadrar los números, no duda de que "Vigo apoyará el transporte en la ría", ni de que el sistema de autobuses propuesto "tiene enormes ventajas", pero al mismo tiempo dice que la prioridad de su alcalde "es defender los intereses de nuestros ciudadanos" en la negociación. La consellería apremió hace unos días por carta a los municipios que no han contestado oficialmente, ocho en total. Algunos condicionan su acuerdo al "sí" de Vigo, y casi todos ven pegas. Baiona cree que el esfuerzo económico roza lo "inasumible". En Gondomar hay dos empresas concesionarias y una de ellas no puede realizar paradas fuera de la estación de autobuses viguesa, bastante apartada del centro.

Lo mismo pasa con O Porriño, que formará parte del corredor de A Louriña y cuyo alcalde pide "permeabilidad" en las líneas que salgan de su municipio hacia Vigo, de modo que los usuarios puedan hacer transbordo fácilmente o apearse en el centro. Redondela, Moaña y Cangas son, hasta el momento, los únicos que han demostrado voluntad para llegar pronto a un acuerdo.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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