La descoordinación del Gobierno precipita el relevo del rector Pérez
El 'Boletín Oficial' nombra a Goirizelaia dos días antes de jurar su cargo
Sin previo aviso, Juan Ignacio Pérez dejó de ser rector de la Universidad del País Vasco (UPV) anteayer, dos días antes de lo previsto. Se enteró a través del Boletín Oficial del País Vasco (BOPV), que publicó el miércoles el decreto que lo cesa, así como el que nombra nuevo rector a su hasta ahora vicerrector en Vizcaya, ganador de las elecciones del 4 de diciembre, el catedrático de Ingeniería Telemática Iñaki Goirizelaia. La universidad esperaba que los anuncios oficiales se publicaran hoy, coincidiendo con la toma de posesión del rector electo en Ajuria Enea, en un acto presidido por el lehendakari Juan José Ibarretxe. Así ocurrió en las investiduras de los anteriores rectores, incluida la del propio Pérez.
El desajuste obligó a cancelar una entrega de premios de la UPV
Fuentes de la Vicepresidencia del Gobierno, que encabeza Idoia Zenarruzabeitia y de la que depende el Boletín, defienden que se han cumplido los plazos estipulados. Los decretos de cese y nombramiento están fechados el 30 de diciembre del 2008, día en el que el nombramiento de Goirizelaia fue aprobado en Consejo de Gobierno y firmado por Ibarretxe, a propuesta de Educación. Como es habitual, sostienen, la publicación en el BOPV se ha realizado una semana después de su aprobación. Portavoces de Educación explicaron que se optó por sacarlos el miércoles y no hoy, para cuando se había fijado la toma de posesión, porque ese día estaba completo el cupo de anuncios a publicar. Y no se pudo adelantar la ceremonia en Ajuria Enea debido al juicio de Ibarretxe. Lejos de reconocer un problema de descoordinación o falta de comunicación con la Universidad, la consejería de Tontxu Campos subrayó que "la tramitación ha sido normal".
El propio decreto fecha su entrada en vigor para el mismo día de la publicación en el Boletín, por lo que, a efectos legales, el relevo de Pérez a Goirizelaia se realizó dos días antes de su toma de posesión. La pifia administrativa tuvo consecuencias prácticas. Estaba programado que ayer Pérez presidiera la entrega de premios Koldo Mitxelena a las tesis doctorales en euskera, en calidad de rector en funciones. Su inesperado cese en el cargo le obligó a suspender el acto. Sin embargo, Goirizelaia no podía relevarlo por no haber jurado su cargo como nuevo rector. En la práctica, la universidad pública permaneció 48 horas descabezada, ya que ni el rector entrante ni el saliente tenían capacidad para tomar decisiones ni representarla. Ningún responsable de la UPV quiso hacer declaraciones públicas sobre el incidente. Sin embargo, el malestar por la actuación del Gobierno era palpable en la institución.
El nombramiento de un nuevo rector de la mayor universidad de la comunidad y responsable del 95% de la investigación que se realiza en Euskadi se vio enturbiado por algo que en los corrillos universitarios se calificó de "chapuza". Desde el Gobierno se sugiere que la responsabilidad es de la UPV, por programar el acto de entrega de premios en pleno proceso de traspaso de poderes.
Con la jura del cargo de Goirizelaia, la Universidad volverá hoy a una ansiada normalidad, después de los ocho meses de interinidad que abrió el fracaso electoral de Pérez el pasado mayo, en unos comicios a los que se presentó sin oponentes. El lunes, ya situado en el Rectorado, Goirizelaia tendrá que nombrar a su equipo y empezar a trabajar para descongelar los proyectos clave que quedaron parados en mayo, como la aprobación de las titulaciones de grado europeas y las obras de reforma y ampliación en los campus.
Un mal comienzo
El desfase en el cese de Pérez supone un inicio torpe en las relaciones entre un Gobierno en despedida y el nuevo rector. Su antecesor logró un apoyo económico sin precedentes por parte del Ejecutivo de Ibarretxe, gracias a su buena sintonía política con el tripartito. La confianza se vio mermada el año pasado, cuando, para compensar un proceso de asignación de complementos docentes marcado por la falta de transparencia, Pérez difundió los criterios de evaluación que la Agencia Uniqual, dependiente de Educación y responsable del proceso, no quiso difundir. Pese a ese gesto, la crisis de los complementos desgastó en la UPV al rector, a quien se acusó de falta de autonomía, hasta el punto de achacarse a este conflicto su derrota electoral. El nuevo rector tendrá que lograr un difícil equilibrio en sus relaciones con quien esté al frente de Educación después de marzo, para demostrar su independencia política y, a su vez, asegurar la estabilidad económica de la UPV en tiempos de crisis.
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