"Ha sido especial"

Leo Messi se fue del Vicente Calderón firmando autógrafos a todos los empleados del campo. El estadio entero acababa de ovacionarle por tercera vez seguida: la primera tras el potente disparo que lanzó al larguero, la segunda tras el gol que marcó en el siguiente remate y la tercera cuando fue sustituido por Pep Guardiola. "Estoy muy agradecido al Calderón, ha sido especial lo que me han hecho, muy lindo, inexplicable", dijo el jugador.

Inexplicable sólo para él. Ayer volvió locos a Perea, Heitinga y Pernía. Intervino en 62 jugadas -Bojan, por ejemplo, se quedó en 27-, remató cuatro veces a puerta, una al larguero y marcó tres goles. La última vez que Messi celebró un hat trick fue en el Camp Nou, en marzo de 2006, contra el Madrid de Fabio Capello que empezaba la famosa remontada que le llevaría a ganar el título de Liga. El argentino cerró esa temporada sin títulos pero con su mejor registro goleador desde que viste la camiseta del Barça: 17 goles entre Liga, Copa y Champions. Con los tres de anoche lo supera: ya lleva 19 (siempre en las tres competiciones) y todavía no se ha cumplido la mitad de la temporada.

"Leo lo ha hecho bastante bien, no ha vuelto mal de las vacaciones", argumentó Guardiola. ¿Qué le ha dicho al final del encuentro? "Nada, le he dado la mano como a todos los demás", continuó el técnico azulgrana, que después del primer tanto de Messi se quedó mirándole casi esperando que fuera a celebrarlo con él. Pero el argentino se quedó en la parte de la grada reservada a los aficionados catalanes. "De las vacaciones llegué el día que tenía que llegar", espetó ya a la salida del estadio el delantero. "Agradezco que me hayan dejado ir a Argentina a disfrutar del calor de mi gente", añadió, esta vez sí, dedicándoselo indirectamente a su técnico.

El discurso colectivo de Guardiola ha calado tanto en el vestuario que incluso Messi -del que Aguirre dijo que está en un nivel extraordinario- se ha hecho con los principios filosóficos de Pep. El técnico lleva desde comienzo de temporada repitiendo que las rotaciones son fundamentales, que no hay titulares ni suplentes, que el grupo es competitivo y cualquiera puede jugar con ambición. "No hay vuelta de hoja, los jugadores son muy buenos, son ellos los que hacen buenos a la institución, yo estoy para advertirles de que cuando bajen el nivel les espera el banquillo porque hay otros. Los titulares los decido yo, sí, en cada partido, pero los demás son un grupo que ama a su profesión, profesional, que sabía que haría un partido ambicioso", repitió anoche Guardiola. Y Messi, pocos minutos después, lo volvió a dejar claro. "La victoria es del equipo, el vestuario sabía que éramos 25 titulares, y parece que la gente no lo sabía. Ahora también lo sabe", destacó.

Que el Barça es un grupo y que el grupo funciona en el campo no es ninguna novedad. Ayer, en el primer tanto de Messi, en una jugada que duró un minuto y 25 segundos, tocaron la pelota hasta nueve jugadores: todos menos Keita e Iniesta. "Hemos mantenido una buena intensidad, veníamos para hacer goles y hemos conseguido tres. Me quedo con el espíritu, con la ambición y el magnífico comportamiento de mis jugadores", explicó Guardiola, que en un ataque de educación hasta alabó al cuadro de Javier Aguirre. "No era fácil porque el Atlético tiene mucha fuerza interior y nunca se rinde".