La disolución del Parlamento pone en marcha el reloj de las elecciones

El lehendakari Juan José Ibarretxe pondrá hoy en marcha el reloj de las elecciones autonómicas, que el viernes convocó para el 1 de marzo, con la firma del decreto de disolución del Parlamento vasco. Una cuenta atrás que se acercará a su final el 13 de febrero con el inicio de la campaña hasta el 27 de febrero, y que el primer domingo de marzo en lo que se anuncia como la jornada electoral más decisiva y disputada en Euskadi.

La Cámara que hoy quedará disuelta y que celebró su última sesión el pasado 29 de diciembre ha sido el principal teatro de operaciones de la oposición contra el Gobierno tripartito. En los últimos meses, el PNV ha visto incluso cómo se le desmarcaba EA, tras su decisión de concurrir en solitario a los comicios, con las comisiones que han investigado los fraudes del Museo Guggenheim y del Museo Valenciaga. Ambas comisiones terminaron sus deliberaciones con la petición mayoritaria de dimisión de la consejera de Cultura y portavoz del Gobierno, Miren Azkarate.

Se han aprobado 48 leyes y decae una decena de proyectos

Aunque todavía queda un largo mes para que pueda pedirse explícitamente el voto, lo cierto es que la campaña electoral comenzó en la práctica el pasado verano. Sobre todo desde el momento en que el Gobierno central recurrió la consulta popular prevista por el lehendakari para el pasado 25 de octubre.

Pero si la disolución del Parlamento, es el primer paso oficial hacia las elecciones, la pugna entre los dos candidatos con más opciones al triunfo, el peneuvista Juan José Ibarretxe y el socialista Patxi López, tiene esta misma semana un singular desvío. Los dos se sentarán a partir del jueves en el banquillo de los acusados por las reuniones que mantuvieron con representantes de Batasuna en 2006, durante la última tregua de ETA.

Serán las cuartas elecciones de Ibarretxe como candidato de su partido a la Lehendakaritza y las segundas de Patxi López. Por su parte, se estrenarán como candidatos el popular Antonio Basagoiti y Unai Ziarreta (EA). Sin embargo, se espera una campaña altamente polarizada entre Ibarretxe y López, puesto que lo que se juega en esta novena llamada a las urnas es la posibilidad de que se produzca la alternancia en el poder y el PNV pueda perder el control del Gobierno que mantiene desde 1980.

La tensión y el enfrentamiento que han presidido esta octava legislatura tuvo sus excepciones en el apoyo del PSE a los cuatro presupuestos de esta etapa y a varias leyes que logró sacar adelante el tripartito a pesar de su situación de minoría parlamentaria. Entre las 48 nuevas leyes o reformas de leyes aprobadas -una el 2005, diez en 2006, 17 en 2007 y las veinte restantes en 2008-, están las de Servicios Sociales, la reforma del Reglamento de la Cámara, bloqueada desde hace quince años, la ley de Reconocimiento y Reparación a las Víctimas del Terrorismo o la de Suelo y Urbanismo.

Pero, sin duda, la que concentró más atención y polémica fue la Ley de Consulta, anulada en septiembre por el Tribunal Constitucional en Madrid. Por el camino parlamentario o en los cajones del Gobierno han quedado otros proyectos de gran calado, como el que planteaba reformar radicalmente los actuales tres modelos lingüísticos en el sistema educativo, la eternamente pendiente ley Municipal, o la de Vivienda.

La disolución hace decaer cinco proyectos de ley y seis proposiciones de ley. Además de las ya citadas, se quedan en el dique seco los proyectos de ley de Puertos o el de Ordenación Farmacéutica, así como las proposiciones para dotar al Ararteko de una nueva ley, sobre la que había un consenso casi total.

Tendrá que esperar hasta el verano también la nueva regulación del nombramiento del director general de la radio televisión pública vasca (EITB), vacante desde que el pasado 11 de enero, Andoni Ortuzar, fuera designado para la presidencia del PNV de Vizcaya.