Hermano islam
Aun estando de acuerdo con todo que dice en su artículo el señor Tamayo (suplemento Domingo, 28 de diciembre), la percepción que tengo es distinta.
Los países donde la religión musulmana es la oficial, la religión rige la vida de todos sus ciudadanos, quieran o no ser musulmanes, y a todos se aplica la ley coránica, independientemente de cómo se interprete.
La religión musulmana es un medio represor extraordinario, ya que impone a muchos ciudadanos, incluso de democracias occidentales, determinados comportamientos individuales, que si son incumplidos, pueden acarrear hasta la muerte. La mujer musulmana está totalmente sometida a las decisiones del hombre, y en muchos casos, se la considera un ser impuro. No puede elegir.
Se utilizan las mezquitas, como centros proselitistas, para la recaudación de fondos, captación y reclutamiento de jóvenes, para ayudar a la "guerra santa".
Los clérigos musulmanes son los que dominan todos los ámbitos de la vida y de la sociedad.
Hace falta una ruptura -en Europa fue la Revolución Francesa- que separe la religión musulmana de los demás ámbitos de la vida, y que rijan los principios de libertad e igualdad para todos sus ciudadanos, incluidas las mujeres. Es decir, que por lo general percibo intransigencia y fanatismo, y aunque mi visión es superficial y esta deformada, creo que el mundo islámico y fundamentalmente sus clérigos, ayudan mucho para que así se vea desde el exterior.
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