Del Kremlin a la mina
Alexandr Voloshin, el ex jefe de la Administración presidencial rusa que tuvo que dejar su cargo en 2003 después de mostrar su disconformidad con la persecución a la que el Kremlin sometía al multimillonario Mijaíl Jodorkovski, ha sido nombrado presidente del Consejo de Directores del gigante metalúrgico Norilsk Nickel o Nornickel. La medida sorprendió a muchos, ya que su gran rival hasta la víspera de la elección era nada menos que el poderoso jefe de la corporación estatal Rostechnology Serguéi Chémezov, de quien se dice que fue agente del KGB. Su candidatura la apoyaban tanto el viceprimer ministro y ex miembro de los servicios secretos, Ígor Sechin, como el director general de Nornickel, Vladímir Strzhalkolvski, otro personaje proveniente de los órganos de seguridad.
Está considerado un hombre fiel al presidente Dmitri Medvédev
Para algunos analistas, la elección de Voloshin a finales de diciembre pasado es un triunfo del presidente ruso, Dmitri Medvédev. Así, Olga Krishtanóvskaya, socióloga especialista en élites rusas, opina que Voloshin era el candidato de Medvédev, mientras que Chémezov -que tiene fuertes lazos con la industria militar por haber sido director del monopolio exportador de armas- lo era del primer ministro, Vladímir Putin. Por cierto, cuando Putin era espía en Dresde, Chémezov era el representante de una firma soviética en esa ciudad alemana. Pocas horas antes de la votación, Chémezov renunció a ser candidato.
El promotor de la candidatura de Voloshin fue el megamillonario Oleg Deripaska, dueño del principal grupo de aluminio ruso, RusAl. Además de Voloshin, en el Consejo de Directores entraron tres representantes de RusAl y otros cuatro de Interrós -grupo que es el principal accionista de Nornickel y que está controlado por Vladímir Potanin-, cuatro directores independientes y el director general Strzhalkolvski.
Aunque Voloshin, de 52 años, formalmente era también uno de los directores independientes, pocos dudan de que en realidad será el comisario que velará por los intereses del Estado en el gigante metalúrgico. A pesar de no haber estado de acuerdo con la persecución a Jodorkovski, Voloshin, considerado un ejecutivo brillante, nunca ha criticado abiertamente al Kremlin, y en sus puestos siempre ha defendido los intereses del Estado.
Después de abandonar la Administración presidencial, Voloshin formó parte de diversos Consejos de Dirección de empresas eléctricas gracias a la protección que le dio Anatoli Chubáis, padre de las privatizaciones rusas. Hay que recordar también que en el Kremlin Voloshin fue jefe de Medvédev y que el año pasado le ayudó a éste a organizar la campaña presidencial, por lo que para la mayoría de los analistas está claro que en Nornickel representará al líder ruso.
La principal compañía minera rusa y líder mundial del níquel había sido hasta ahora altamente rentable -según los últimos datos disponibles, en el primer semestre del año pasado ganó cerca de 2.000 millones de euros-, pero para este año los analistas pronostican pérdidas de cientos de millones de euros. En 2008, la compañía fue campo de batalla entre sus principales accionistas, Deripaska y Potanin, quienes aparentemente firmaron una tregua en noviembre pasado.
