_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Con humor

He terminado el año fallecido y comienzo éste que nace leyendo Yo soy un extraño bucle, el último libro de Douglas R. Hofstadter, recientemente publicado en España. Hofstadter es el autor de un libro que ya nos apasionó hace 30 años, el estupendo Gödel, Escher, Bach. En este último despliega el mismo ingenio, humor, erudición y emoción que en ese otro célebre y nos planta, con la ayuda de las matemáticas, la física, la neurología y las ciencias cognitivas ante una concepción del yo, o del alma, o de la consciencia de inusitadas consecuencias futuras. Me limito aquí a presentarles algunas de sus preguntas: ¿tienen alma los mosquitos?; ¿mi alma de cuando tenía dos años era la misma que la que tengo ahora?; ¿qué es el "remolino gödeliano del yo"?, ¿y la "Ciudad del Extraño Bucle"?; ¿cuál era la naturaleza del "símbolo Holden Caulfield" en el cerebro de J. D. Salinger mientras escribía El Guardián entre el centeno?, ¿es Holden un alma humana real?; ¿cuántos hunekers de almidad tiene un feto? Bien, supongo que la respuesta a esta última pregunta le produciría urticaria al cardenal Rouco Varela, ya que la almidad que le atribuye Hofstadter a la unión de un óvulo con un espermatozoide es de 0 hunekers. No obstante, nuestro autor muestra por ese 0 de potencia 100, o alma por venir, un respeto muy superior al que el mismo Varela o el obispo Blázquez manifiestan por los mariquitas con 100 hunekers de almidad en cuanto fundan una familia mariquita y son expulsados de la cristiandad.

Si los vivos son diferentes, no cabe extrañeza alguna porque los muertos también lo sean

¿Puede un alma compartir más de un cuerpo? He aquí otra interesante pregunta que nos plantea Hofstadter. La desarrolla, sobre todo, en los extractos que nos ofrece de la correspondencia que mantuvo con Daniel Dennet a raíz del fallecimiento de su esposa Carol. "Yo era Carol", nos dice el autor, al igual que "ella era Doug". Esto es puro Montaigne, aunque el autor lo explique como "un remolino gödeliano que permitía que su yo se ejecutase en mi hardware". Lo que me lleva a preguntarme por el remolino gödeliano que le permite a Iñaki Galdos desenchufarse de su hardware y olvidarse de sí mismo en cuanto le retiran el micrófono. Debe de ser que entonces se produce un bucle de realimentación de sonido, o sea, un pitido. Y es que a Iñaki Galdos le escandaliza que haya mociones de censura para unos y no para otros, sí en Azpeitia pero no en Mondragón. Ocurre, sin embargo, que en Azpeitia su partido, EA, tiene dos concejales y sólo uno de ellos va a sumarse al parecer a la moción de censura. Parece evidente que esos dos concejales no podrán decir "yo soy tú y tú eres yo", sino algo así como "yo en Azpeitia y tú en Arrasate", con lo que el hardware de Iñaki Galdos manifestará una urgente necesidad de reparación. ¿Qué alma, que no sea la del oportunismo, comparten esos cuerpos con criterios tan diferentes? ¿O será el PSE, causante de todos los males para Galdos, el que les lleva a mirar a uno a Boston y al otro a California?

Si ya los vivos son diferentes, no cabe extrañeza alguna porque los muertos también lo sean. Pero dejemos a un lado a nuestros jauntxos y centrémonos en lo que nos espera. ¿Se puede enfocar con humor el año en ciernes? Bueno, esta no es una pregunta que se haga Hofstadter, pero nada como el humor para que las almas confluyan. Y convendrá que lo hagan en este año que se nos anuncia tan negro. ¿Puede mi hardware de profesor funcionario, y con trabajo seguro, acoger a otras almas y contribuir de alguna forma a su seguridad inmediata? Sí. Propongo desde aquí que nos congelen el sueldo a todos los funcionarios y destinen ese dinero a la creación de empleo.

Exijo, eso sí, un riguroso control sobre el destino de ese dinero. No vaya a ser que caiga en los bolsillos de un cantante realimentado, de un gestor con el cable desenchufado, de un empresario enchufado en un bucle absorbente o de un club de fútbol con empanada gödeliana en declive. Lo digo con humor, sí, pero totalmente en serio. Salud.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_