Las extrañas jornadas de 2008

Un año de extremos. Del ecodiseño al gigantismo insostenible de Dubai. De la nueva música pop con aires africanos y festivos al nuevo folk que viste de leñador y mira hacia la psicodelia más introspectiva. El popular cuadro tartán y el sueño de la moda gitana junto a las colecciones de famosos y los últimos destellos de la cultura bling. Era un año de transición que se partió dramáticamente con el súbito advenimiento de la primera gran crisis económica de la sociedad de la información.

- Moda. El año en que el cuadro tartán se hizo finalmente moda, el look gitano y todo lo procedente del este de Europa se manifestó como algo muy parecido al futuro y las siluetas se ampliaron, las grandes triunfadoras entre tanta confusión fueron, como es menester, las celebridades. Desde las gafas de Sarah Palin al controvertido vestido rojo de Michelle Obama, pasando, claro, por las colecciones con nombre de famoso, el verdadero hit del año. Desde Lindsay Lohan a Kate Moss, Theodora Richards o Sofia Coppola, cualquier famosa o hija de famoso se adosó a alguna marca para facilitar a sus fans la cada vez más molesta tarea de vestirse como ellas. España vio cómo Tiffany's, Marc Jacobs, Miu Miu o Hugo Boss abrían establecimientos.

- Música. Marcando la transición entre la fiesta del revival ochenteno, el del pospunk y la muerte del fashion rock and roll hacia una nueva realidad mucho más individualista, aislada y extrema, en 2008 se dio por finiquitada la década alegre. Mientras, entre esos árboles que no dejan ver el bosque surgieron figuras como Bon Iver o Fleet Foxes, postulando el ardillismo psicodélico y folk como nueva realidad naturalista e introspectiva.

- Arquitectura. Mientras los grandes arquitectos trataban de utilizar Nueva York y los encargos de los famosos para volcarse hacia propuestas más personales y menos dadas al gigantismo, Libeskind triunfaba con su Torre Verde, ejemplo de una nueva aproximación al concepto edificio eco, y Kazumo Sejima lideraba el camino que conduce a la extrema sencillez. Las buenas intenciones no pudieron con el rey mediático de 2008: Dubai. Otra vez, fue el año de sus hoteles de lujo, sus acuarios y sus islas artificiales.

- Arte y diseño. El diseño vino marcado por el púrpura y el gris, y por el avasallador influjo del lujo. Jaime Hayón, con sus trabajos para Camper o Lladró, se convirtió en el más exitoso y ubicuo creador nacional y Astrid Stavro se merendó los premios Laus confirmando la progresión de una creadora que no parece tener techo. Algo que tampoco conoce Liz McGrath, triunfadora de la feria de arte Scope y cabeza visible de la popularización del pop surrealista y la lowbrow culture.