Un decorado de 58.000 metros

La serie se podría titular Los Urólogos del Henares. Los protagonistas son cuatro jóvenes cirujanos liderados por un atractivo jefe de pelo entrecano y ojos azules. La localización: el hospital del Henares, abierto hace casi 11 meses en la periferia de Coslada. El lugar parece un decorado de 58.000 metros cuadrados. Un flamante edificio en lo alto de un monte, sin nada alrededor salvo una estación de metro (todos los nuevos hospitales tienen un transporte público en la puerta). Ladera abajo, una zona baldía, más allá casitas bajas y el pueblo de Coslada.

El único destino posible es el hospital, que desde su inauguración en febrero ha tenido más de 6.200 ingresos. Allí se encuentra el joven equipo de urólogos sometido a la pregunta ¿qué hay de cierto en las series sobre médicos? "Las españolas son menos realistas que las americanas, en Hospital Central parece que todos sean neurocirujanos", dice el doctor Manuel Fernández Arjona, el jefe. Su serie favorita es Urgencias y aunque tiene cierto aire bravucón que recuerda a George Clooney ("qué más quisiera", dice), también tiene algo de House: cuando uno de sus médicos mete la pata, le pone "un palito" en una pizarra. Cuando los palitos dibujan un ahorcado, el castigado debe pagar una cena al resto. El buen rollo de este nuevo departamento parece ficción. "También tenemos nuestras broncas...", apunta Luis Mi, justo el médico que más palitos tiene.

Urólogos, la serie, serviría también para dar a conocer una especialidad incomprendida: "Es un trabajo muy variado, hacemos desde grandes operaciones como la cistectomía radical -en la que te quitan la próstata y la vejiga y te construyen una nueva con parte del estómago- hasta microcirugía, que usa los orificios naturales del cuerpo", explica el jefe. También sorprende al lego que el 30% de los pacientes son mujeres con incontinencia o infecciones urinarias. "Esto no es sólo pitolandia", resume Mila, de 38 años, la única chica del equipo y la única con el suficiente sentido común como para negarse a ver series sobre su trabajo.

Al final, la pregunta es inevitable: ¿se lo montan los residentes como en Anatomía de Grey? "No es lo normal", dice Pablo, recién casado con otra doctora (con quien ve las aventuras de Meredith y el Doctor Macizo). Mila pone de nuevo el sentido común: "Haces cinco años de residencia, entre los 23 y los 28, trabajando de 12 a 16 horas al día, viviendo situaciones muy extremas, con muy poca ropa encima, ¿qué quieres?".