Incongruencia energética
A estas alturas del s. XXI creo que puedo afirmar que somos muchos los ciudadanos sensibilizados con los beneficios del desarrollo de una cultura mucho más sostenible, ecológica y climatológicamente consciente de la que actualmente disfrutamos. Igualmente creemos que pequeños actos individuales pueden desencadenar una gran respuesta en el mundo global. En consecuencia, tratamos con entusiasmo de seguir las múltiples recomendaciones que nos van llegando, tales como cuidar el goteo de los grifos, utilizar electrodomésticos eficientes, etc. Con esta actitud reciclamos el aceite usado en la cocina pero no encontramos en qué contenedor dejarlo; bajamos la temperatura del termostato en casa, aunque encontremos veladores con estufas calentando la calle invernal; empezamos a desconcertarnos.
Mi intranquilidad ecológica aumenta entonces con estos mensajes que no sé cómo interpretar. Agradecería que alguien me explicara el anuncio en el que aparece un futbolista señalándome la importancia de que apague una bombilla de bajo consumo mientras ellos juegan bajo unos focos cegadores. Quizás nadie les ha explicado los vatios que se ahorrarían si jugaran a las tres de la tarde.
