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Análisis:Laboratorio de ideas
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

2008, un final de ciclo amargo

Dicen los psicólogos que el hombre tiende a recordar los buenos momentos de su vida y a olvidar los malos. Si esto es así, el año que termina será rápidamente borrado de nuestra memoria, aunque mejor sería no olvidarlo para evitar excesos y conductas no sostenibles en el tiempo que a la larga desembocan en ajustes dolorosos como el actual. No es momento de dar sermones, pero si los dirigentes políticos y monetarios del planeta se hubiesen afanado en frenar y controlar tales excesos en los últimos años sólo la mitad de lo que están haciendo ahora en evitar la recesión, ésta no hubiera adquirido la gravedad y extensión que estamos padeciendo.

Al hacer un balance del año en términos de crecimiento, alguien podrá aducir que, al fin y al cabo, el año no ha sido tan malo: el PIB real aún ha crecido en torno al 1,2% en media anual. Ahora bien, para valorar esta cifra, que ya de por sí queda muy por debajo de la de 2007 (3,7%) y del crecimiento tendencial de la economía española en los últimos 25 años, hay que compararla con la que esperábamos inicialmente. En este sentido, el consenso del panel de Funcas estuvo dando previsiones de crecimiento del PIB para 2008 superiores al 3% durante toda la primera mitad de 2007, y al final de ese año aún esperaba un 2,8%. Mayor diferencia aún entre previsiones y resultados se observa en la demanda interna, tanto en el consumo de los hogares como -sobre todo- en la inversión productiva de las empresas. Una vez más, los analistas, cautos y bienintencionados, pensamos que el ajuste se iba a producir de forma ordenada y progresiva (aterrizaje suave), algo que no ocurre casi nunca. Como excusas, podemos aducir que muchos Gobiernos ni siquiera pensaban en ningún aterrizaje, que pocas veces antes se habían producido la restricción crediticia y los desórdenes monetario-financieros de ahora y que los modelos econométricos nos han servido de muy poco. Mayor deterioro que el PIB ha sufrido el empleo, cuya tasa de variación media anual puede estimarse en -0,4%, lo que significa que la productividad por ocupado ha repuntado notablemente. Justo cuando menos falta hacía, aunque este aumento de la productividad es muy discutible y puede deberse a una sobreestimación del crecimiento del PIB. De hecho, la productividad por ocupado está cayendo en la mayoría de los países de nuestro entorno.

El ajuste de hogares y empresas, voluntario u obligado, está siendo muy rápido, pero dará resultados

Pero la forma de comprender mejor el deterioro de la economía en este año es ver la pendiente de su recorrido a lo largo del mismo. En el cuarto trimestre de 2007, el PIB crecía a una tasa interanual del 3,3% y un año más tarde puede estar cayendo en torno a medio punto porcentual. En cuanto al empleo, las tasas han pasado del 2,2% al -2,5%, respectivamente. El número de ocupados se habrá reducido en unas 500.000 personas entre el cuarto trimestre del pasado año y el actual. Si a esta pérdida de empleo le añadimos el aumento de la población activa en 600.000 personas, tenemos que a lo largo del año el paro ha aumentado en 1.100.000 personas, superando los tres millones.

En términos nominales, puede estimarse el crecimiento medio anual del PIB en torno al 4,5%. Las rentas del trabajo, a pesar de la disminución del número de asalariados, habrán aumentado unas décimas por encima de esta tasa, lo que significa que la porción de la tarta que les ha correspondido ha sido un poco más grande que la del año anterior. Ello se debe enteramente al crecimiento, superior al 5%, de la remuneración por asalariado, un punto y medio más que el año anterior. Este aumento, que supera en unos dos puntos porcentuales la media de la zona euro y agrava la pérdida de competitividad acumulada en los últimos años, se debe al efecto de las cláusulas de salvaguardia, a las indemnizaciones por despido y otros costes no salariales y al hecho de que la destrucción de empleo afecta más a sectores con salarios bajos, lo que aumenta matemáticamente el salario medio de los trabajadores que mantienen su empleo. El avance de las rentas del trabajo no ha sido, sin embargo, a costa del excedente empresarial -ya que éste aún ha ganado más porción del PIB que aquéllas-, sino a costa de las rentas del sector público (impuestos sobre los productos), que se han reducido fuertemente, en buena medida por el aumento de la evasión fiscal.

En el ámbito de la inflación, el año puede dividirse en dos periodos completamente distintos. Hasta julio continuó la tendencia al alza iniciada en el otoño de 2007 bajo la presión de los precios del petróleo y materias primas agrícolas, con una tasa interanual del IPC en ese mes en el 5,3%, la más alta desde 1992. A partir de agosto, sin embargo, se ha producido una rápida desinflación, explicada por los mismos factores anteriores, pero a la inversa, de tal forma que se espera cerrar diciembre por debajo del 2%. La tasa media anual se ha situado en el 4,1%. Esta intensa reducción de la inflación y la bajada de los tipos de interés son las dos herencias positivas más importantes que 2008 deja a 2009.

Además de estas herencias, hay otra muy importante. El patrón de demanda de la economía española (y de la norteamericana) no era sostenible y había que ajustarlo. Eso pasa por ahorrar más y reducir el asfixiante nivel de deuda, lo que significa ajustar a la baja los niveles de consumo, inversión e importaciones y al alza las exportaciones. Eso duele y provoca recesión, pero, no sé si voluntariamente u obligados por la crisis financiera, los hogares y empresas españolas lo están haciendo muy rápidamente. La medicina es amarga, pero dará resultados.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

MARA

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