Robert Lucas, músico de 'blues'

El mismo nombre era truculento: Canned Heat -literalmente, calor enlatado- es un combustible de la empresa Sterno que algunos alcohólicos se atreven a consumir, a veces con resultados mortales (en una novela de Michael Crichton, resultaba que tan tóxica bebida confería cierta inmunidad). Un tema de 1928, Canned heat blues, de Tommy Johnson, inspiró a un puñado de investigadores californianos del blues para bautizar su proyecto musical. Sus exquisitas recreaciones de piezas añejas -On the road again, Going up the country- iluminaron los años hippies, aunque el grupo pronto desarrolló una obsesión por el boogie elemental, aliándose incluso con John Lee Hooker en temas tan pegajosos como interminables.

Desde 1965, Canned Heat se mantiene en activo; hoy, su único miembro original es el baterista Adolfo Fito de la Parra. Aparte de la identificación con la era Woodstock, han sabido contar con excelentes instrumentistas: Harvey Mandel, Walter Trout, Ronnie Barron, Don Preston o Junior Watson pasaron por la banda.

En su caso, el blues ha resultado un oficio duro: Al Wilson se suicidó (1970), Bob Hite no superó una sobredosis de heroína (1981), Henry Vestine falleció de cáncer (1997). El otro miembro fundador que sigue vivo, Larry Taylor, prefiere trabajar con Tom Waits.

Robert Lucas debe ahora sumarse a esa lista de caídos. El pasado 23 de noviembre falleció en una casa de Long Beach (California), aparentemente víctima de una sobredosis. Lucas, de 46 años, cantaba y tocaba tanto guitarra slide como armónica. Estuvo al frente de Canned Heat entre 1995 y 2000, regresando en 2005 hasta fechas recientes. Grabó varios discos en solitario y colaboró desinteresadamente con históricos de la música negra como Percy Mayfield, Big Joe Turner y Eddie Vinson.