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Reportaje:Vitoria estrena tranvía

Vitoria transforma su vida cotidiana

El tranvía se inaugura mañana con expectación vecinal y quejas de los conductores

Vitoria, con su urbanismo expansivo, tan criticado por los arquitectos durante los últimos años, ha encontrado una primera solución con la llegada del tranvía, que coserá el barrio de Lakua -anchas avenidas, urbanizaciones con grandes zonas verdes y de servicios- con el pleno centro de la ciudad. En poco más de un cuarto de hora, los ciudadanos podrán cruzar la capital alavesa en un medio de transporte silencioso y sostenible, con capacidad máxima para 244 personas, que va a transformar la vida cotidiana de sus residentes. Eso sí, el centro, con una configuración urbana en los antípodas de Lakua, marcada por un ensanche de pequeña ciudad de provincias, ha recibido con más que recelo este nuevo medio de transporte: los trastornos que han vivido conductores, autobuses urbanos y viandantes con el tranvía en pruebas no dejan lugar para la euforia.

La Policía Local monta un despliegue especial para evitar los accidentes
Hasta el 6 de enero se podrá viajar gratis con la tarjeta BAT y el bonobús
El Gobierno ofreció al Ayuntamiento el tranvía a mediados de los noventa
"Tras Navidades, el paso del tranvía no será noticia", confía EuskoTran

Con este paisaje urbano de contrastes, lo cierto es que mañana llega el tranvía a Vitoria y lo hará entre la expectación vecinal y con la pompa de las grandes ocasiones: inauguración por el lehendakari Ibarretxe; el diputado general, Xabier Agirre, y el alcalde, Patxi Lazcoz, acompañados por una nutrida representación de la sociedad y la política alavesa, en una jornada que Vitoria vivirá como una fiesta.

En total, 7.163 metros de línea férrea, de los que ahora entran en funcionamiento unos 5.000, los correspondientes al ramal que une Lakua con la calle Angulema, a la espera de que en la primavera de 2009 se inaugure el ramal del barrio de Abetxuko. El recorrido tiene apariencia de Y, con sendos brazos que nacen de Lakua y Abetxuko y se unen en la calle Honduras hasta el final del trayecto. La frecuencia en los dos ramales será de 12 minutos, mientras que en el tramo común se reducirá a seis. Hasta que entre en funcionamiento al completo en primavera, las diez unidades que lo conforman pasarán cada cuarto de hora. Funcionará de seis de la mañana a once de la noche, excepto en Nochebuena, que concluirá a las nueve.

En los últimos días, los ciudadanos se han ido familiarizando con el paso del tren eléctrico, que circulaba en pruebas. Y de qué manera, sobre todo en el centro. Las complicaciones que ha causado al tráfico, ya de por sí denso en estas fechas, han motivado atascos continuos, ocasionando notables retrasos a las líneas de autobuses con las que se cruza en su recorrido.

Son contratiempos que el consejero delegado del operador EuskoTran, Julián Eraso, considera inevitables en los primeros días. "La puesta en marcha de una nueva infraestructura de la entidad del tranvía no se puede llevar a cabo sin ciertos trastornos que, como nos señala la experiencia del tranvía de Bilbao, se resuelven en unos días, cuando peatones y conductores aprendan a convivir con este medio de transporte", incide.

De momento, la Policía Local ya ha elaborado un decálogo de buenas prácticas del que informarán todos sus agentes en un despliegue especial a partir de mañana. Y durante las primeras semanas de funcionamiento, personal de EuskoTran estará presente en todas las paradas del recorrido para poder solucionar cualquier duda que tengan los usuarios.

Con el tranvía llegará también el Olentzero para todos sus usuarios. Desde mañana y hasta el próximo 6 de enero, se podrá viajar de manera gratuita con las tarjetas BAT y las de la red de autobuses urbanos. Quienes no dispongan de tarjeta podrán adquirir en las máquinas expendedoras de las paradas un billete de día al precio de 10 céntimos. La tarjeta BAT se puede adquirir en la oficina de información del tranvía (General Álava, 2), y en todos los centros cívicos de la ciudad.

A partir del 6 de enero, los usuarios poseedores de la tarjeta BAT podrán viajar en el tranvía a un precio de 0,55 euros cada viaje. Igualmente, quienes utilicen la tarjeta BAT o el bonobús en sus desplazamientos en transporte público disfrutarán de bonificaciones al realizar un transbordo entre el autobús y el tranvía: el precio total de los dos desplazamientos tendrá una rebaja del 45%. También habrá descuentos para las familias numerosas, que podrán alcanzar hasta el 50% de la tarifa.

Una unidad del tranvía circula en pruebas por la calle de Angulema, en las inmediaciones del centro de la ciudad.
Una unidad del tranvía circula en pruebas por la calle de Angulema, en las inmediaciones del centro de la ciudad.L. RICO

Más de una década para oír la campanilla

"Ring, ring... ring, ring". Ha tenido que pasar más de una década para que este sonido se incorpore a la vida cotidiana de Vitoria. A mediodía de mañana, la campanilla digital del tranvía dará su primer toque en el barrio de Lakua desde que a mediados de los años noventa el Gobierno vasco ofreciese al Ayuntamiento de la capital alavesa poner en marcha ese medio de transporte y que cruzase la ciudad de norte a sur. Sin embargo, cuando ya se había presentado incluso una exposición del proyecto, el entonces alcalde, el nacionalista José Ángel Cuerda, rechazó el ofrecimiento y el tranvía se marchó a Bilbao. En aquella exposición se llegaron ofrecer billetes gratuitos para el que iba a ser el primer viaje, iniciativa que EuskoTran, el operador del tranvía, ha querido recuperar ahora, cuando por fin circulará por las calles. Por cierto, Cuerda sigue oponiéndose a su implantación.

El Departamento de Transportes ha pagado el 66% del coste de tender las vías, mientras que la Diputación alavesa y el Ayuntamiento vitoriano se repartían a partes iguales el resto. El Gobierno vasco se ha hecho cargo además del coste total de construir las cocheras y de comprar los vagones del tranvía. En total, Transportes ha aportado un total de 91,1 millones de euros, mientras que la institución foral y el consistorio ponen 11,2 millones cada uno.

El proyecto del trazado fue aprobado definitivamente el 3 de marzo de 2004. Las obras comenzaron en septiembre de 2006 y en la segunda quincena de noviembre de ese año comenzaban a colocarse los primeros raíles. El 5 de diciembre llegaba uno de los momentos clave de estos los trabajos previos a la implantación: la consejera de Transportes, Nuria López de Guereñu, y los entonces diputado general y alcalde, Ramón Rabanera y Alfonso Alonso, respectivamente, asistían ese día al primer hormigonado de la vía, su fijación en su posición definitiva. Comenzaba la cuenta atrás que concluirá mañana.

Durante el año pasado, el proyecto inicial experimentó una serie de modificaciones. En febrero, los grupos municipales decidieron por unanimidad acortar el ramal que se construirá hasta Abetxuko: las dos últimas paradas de este barrio se suprimieron, atendiendo a las reclamaciones de varios grupos vecinales. No fue la última variación en el número de paradas del recorrido. En julio pasado se añadía una nueva parada prevista en este mismo ramal (Portal de Foronda), que atenderá las necesidades qeu tenag la nueva estación intermodal, cuya puesta en marcha está prevista para 2010 y con la que estará comunicada por un paso subterráneo.

Cuando mañana suene la campana que recuerda en formato digital el tintineo con que los tranvías de mediados del siglo pasado anunciaban su paso, Vitoria asistirá al comienzo del cambio de su tejido urbano que culminará con el soterramiento del ferrocarril.

Cómo acostumbrarse a compartir la ciudad

En los primeros días de pruebas del tranvía, Vitoria ha recibido con división de opiniones una infraestructura que acerca el extrarradio al centro, pero choca con las líneas de autobús, trastorno que también sufren los taxistas. "El retraso en algunos servicios ha llegado a 45 minutos, con el inevitable enfado de los usuarios", apunta Miguel Aransay, miembro del comité empresa de Tuvisa (la empresa municipal que gestiona los autobuses urbanos). José Antonio García, de la Asociación Alavesa de Taxis, quien confirma la magnitud de los atascos, también advierte de que los conductores en Vitoria "están mal acostumbrados" ante la nueva organización viaria que tendrá la capital. "No han asumido que el coche ha dejado de ser necesario para llegar al centro", resume.

Los comerciantes agrupados en la asociación Gasteiz On ven con buenos ojos el nuevo medio de transporte. En los últimos meses, su gerencia, con Esther Unceta a la cabeza, ha venido preparando a sus asociados para las novedades que el tranvía llevará a la vida cotidiana, adelanto de la nueva Vitoria prevista en el Plan de Movilidad Sostenible. "El coche pasará a segundo plano en el centro y los ensanches, y eso tenemos que asumirlo", apunta Unceta.

Este nuevo paisaje urbano que el tranvía descubre ha vivido rechazos vecinales en todo su recorrido, desde la Vitoria de toda la vida hasta los nuevos barrios del extrarradio. Los vecinos de la céntrica calle del General Álava ya se quejaron en su momento por el apretado encaje de las vías en la misma. No consiguieron una vía única, pero al menos han logrado que los vagones no se crucen a su paso por el centro. Mientras, los vecinos empadronados en Abetxuko, enlace final de uno de los dos ramales, al norte de la capital alavesa, han conseguido que el tranvía no cruce este pequeño barrio y que la útima parada se establezca a sus afueras.

Como no podía ser menos, el Ayuntamiento, gobernado por el PSE, también ha puesto su grano de arena en el diseño de esta infraestructura, impulsada por la consejería de Transportes, del PNV. El berrinche sobre la tarifa, 15 céntimos superior a la de los autobuses urbanos, fue quizás la expresión máxima de una desavenencia más propia de una pelea de patio de vecindad que de un conflicto en serio entre dos administraciones diferentes.

Al final, el tranvía recorre Vitoria, con un único inconveniente definido: su convivencia con el resto de usuarios de la vía pública. "Será complicado compartir el espacio con el tranvía", comentan al unísono el conductor de autobuses Miguel Aransay y el taxista José Antonio García. Es una inquietud que los responsables de EuskoTran consideran lógica y que se resolverá en breve: "Después de las fiestas de Navidad, como mucho a finales de enero, la circulación del tranvía por Vitoria no será noticia", explica Julian Eraso, el consejero delegado de EuskoTran.

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