_
_
_
_
_

El niño que cantó el 'gordo' en 2007 apuesta por el ocho

El gordo de Navidad de este año acabará en ocho o en cuatro. El valor científico de este pronóstico es nulo, pero seguro que a los supersticiosos les interesará saber que quien lo pronuncia -a regañadientes y tras una ardua negociación- es Álvaro, el chaval al que el puro azar le obligó a cantar, "con las piernas temblando", el premio máximo del año pasado. Hoy las manos de Álvaro volverán a ser unas de las encargadas de extraer las bolas con los números en la ceremonia de la suerte. Y también el año próximo y el siguiente, hasta cumplir los 14, edad en la cual los niños y niñas de este internado deben abandonar la práctica de cantar la lotería, quizá porque sus manos ya no son tan inocentes o porque su voz habrá cambiado.

Así son las reglas desde 1771, la primera ocasión en que un tal Diego López, interno de este colegio -que tiene casi medio milenio de antigüedad- extrajo para la Lotería Nacional, creada en 1763, las bolas de la suerte. Fundado por orden de Carlos V para atender a los huérfanos de la ciudad y a los hijos de familias con dificultades para alimentarlos, el San Ildefonso sigue cumpliendo la misma función. Hoy comen y duermen en él 32 niños y otras 32 niñas, la mitad extranjeros, de familias con pocos recursos. Los chavales viven en el colegio de lunes a viernes, porque pasan el fin de semana con sus parientes. El ingreso se gestiona desde los servicios sociales del Ayuntamiento de Madrid.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_