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Reportaje:Empresas & Sectores

Un concurso de acreedores fugaz

El juez archiva la suspensión de Restaura, que ahora negocia con la banca

Lluís Pellicer

Esta vez Restaura ha logrado oxígeno, y del bueno. En una época en el que es rara la semana que varias inmobiliarias presentan concursos de acreedores (la antigua suspensión de pagos), la promotora catalana ha dado la nota de color: conseguir que el juez archive la solicitud de concurso voluntario. Ya fuera de los tribunales, Restaura ultima un plan de viabilidad para negociar con la banca la refinanciación de un crédito de unos 103 millones de euros. Una cifra que no tiene nada que ver con las grandes deudas de Martinsa Fadesa o Habitat, pero que ha puesto en jaque a la compañía que hasta ahora ha aportado el glamour al sector inmobiliario español.

"Estamos negociando tiempo", explica el vicepresidente de la inmobiliaria, Xavier González. La empresa quiere dos o tres años de carencia para seguir con su negocio sin pasar apuros. El plan de viabilidad que está elaborando la sociedad tiene tres patas: las desinversiones, congelar las grandes compras y una reducción de plantilla que ya a empezado a ejecutar. La inmobiliaria tiene menos de tres meses para alcanzar un acuerdo con 27 entidades financieras.

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El grupo está formado por la empresa matriz, que pidió el concurso, y un centenar más, varias de ellas junto a inversores privados o cajas de ahorros. Por ahí ha empezado la poda. La empresa que preside Xavier Solano ha traspasado el 50% de Gadea Restaura, una sociedad que tenía a medias con el empresario gallego Amancio Ortega. Según el Registro Mercantil, esta sociedad sumaba 136,9 millones de euros de deuda a corto plazo y 34,8 millones a largo plazo.

La inmobiliaria trata ahora de llegar a un acuerdo similar con el grupo inversor Metrópolis, formado por varias familias catalanas. Entre ellos, están los Ferrero (Nutrexpa), Emilio Cuatrecasas, Juan Manuel Soler (Quadis), Carmen Godia, Lluís Bassat, Jordi Clos (Derby Hotels), Santiago Oller y Antonio Vila Casas ( ex propietarios de Prodesfarma) y Caixa Catalunya. En este caso, Restaura y el grupo inversor están tratando de llegar a un acuerdo para repartirse los activos inmobiliarios de la sociedad conjunta.

Pero, en general, Restaura tiene todo su patrimonio en el escaparate, incluida una participación del 21% en Cevasa que cotiza en los mercados de corros de Barcelona y Madrid y que está valorada en un unos 58 millones de euros. La empresa de Solano el principal accionista de esta compañía que se dedica sobre todo a las viviendas de alquiler, también social. Restaura, además, ha logrado cerrar algunas operaciones.

La inmobiliaria ha vendido un edificio de oficinas en París por 23,5 millones; una parte de la calle de Pau Casals de Boulogne, cerca de París, por 27,5 millones, y dos edificios más en España. Para poner la guinda, Restaura ha vendido por 7,8 millones de euros el lujoso apartamento del ático del edificio número 16 del paseo de Gràcia, la mítica Terraza Martini, que congregó la beautiful people europea de las décadas de 1960 y 1970.

Pero ésa no es la tónica. "En España el mercado está seco, no hay créditos, y no se vende apenas, ni a inversores ni a nadie. En otros países donde estamos, la venta al detalle todavía funciona, pero no las grandes inversiones", sostiene González.

El grupo Restaura tiene unos activos valorados en alrededor de 700 millones de euros y una deuda que ronda los 500 millones. En su cartera exterior hay un centenar de edificios en Berlín, una quincena en París y seis inmuebles y un suelo finalista en Polonia. En un escenario que González juzga de "realista", Restaura quiere vender todo su stock de pisos en un periodo de cuatro años para liquidar su deuda financiera.

Restaura tampoco realizará grandes adquisiciones, pero no todas las inversiones pueden quedar paradas. Para vender stock, necesita terminar algunas promociones. Y la rehabilitación es una de las actividades inmobiliarias que necesita más capital. Por último, Restaura mantendrá todos sus delegaciones abiertas, pero ya ha efectuado dos recortes en la plantilla a través de despidos pactados. En mayo dejaron la empresa 23 personas. Este mes lo han hecho otras 40, por lo que el número de trabajadores es ahora de 135.

Fuentes financieras consultadas explican que no ven demasiadas complicaciones para refinanciar la deuda. Fuentes cercanas a la empresa aseguraron que fueron dos de las 27 entidades las que precipitaron un concurso que tildan de "innecesario". "Es cierto, no había liquidez, pero la empresa estaba al corriente de pago de todo. Algunos bancos pidieron la devolución anticipada de créditos a corto plazo con amenazas de ejecutar la deuda. Solano perdió la paciencia y pidió el concurso", explican estas fuentes.

Sin embargo, el resto de las entidades reclamaron enseguida a Restaura que retirara el concurso. Cuando lo fue a hacer, el juez de lo Mercantil ya lo había aceptado, por lo que tuvo que pedir que lo archivara. El magistrado aceptó hacerlo. La mayoría de las entidades le habían remitido una carta en la que constaba la voluntad de llegar a un acuerdo con la empresa. Y el juez consideró que la compañía había acreditado que la masa de acreedores quería pactar y que el concurso no suponía ningún beneficio.

La empresa prevé facturar este año 210 millones de euros, frente a los 110 millones del año pasado. Lo que no está claro es que cierre con beneficios. El año pasado perdió 6,52 millones. -

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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