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Entrevista:SEBASTIÁN EGUREN | Centrocampista del Villarreal | 16ª jornada de Liga

"El Barça es vulnerable"

Sorpresa: un futbolista comprometido socialmente. Sebastián Eguren (Montevideo, Uruguay; 1981) entra en calor cuando se le pregunta de política. Pero también se calienta si le dan pocas opciones de ganar hoy al Barcelona.

Pregunta. ¿Piensa, como Bernd Schuster, que es imposible ganar al Barça en el Camp Nou?

Respuesta. Para nada. El Barça es vulnerable en algún aspecto. Por ejemplo, tiene pocos recuperadores del balón. Podemos lastimarle por ahí.

P. ¿Cómo?

R. Siendo protagonistas, yendo por el partido, no esperando un fallo suyo para ganar.

P. ¿Le hará un marcaje individual a Xavi?

R. Si se lo fuera a hacer, no se lo diría, pero no lo haremos.

P. ¿Ha perdido la chispa el Villarreal?

R. No creo. Hicimos una gran primera parte ante el Sevilla.

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P. Usted es un mediocentro defensivo. ¿Le entra complejo al jugar en un equipo tan técnico?

R. Al revés. Me hace las cosas mucho más simples. En un equipo que juega bien. Terminan jugando bien todos, aunque la calidad técnica no sea la misma.

P. En ocasiones, les pierde la estética.

R. Sí. Cuando hay muchas cabezas ofensivas, no hay una cabeza que se pare a defender.

P. En el Nacional de Montevideo dio positivo por cocaína. ¿Qué pasó?

R. Fue en febrero de 2004. Fuimos a jugar a Quito y lo normal, por el mal de altura, es tomar té de coca [bolsa de infusión que tiene la hoja de la cocaína sin proceso químico]

. El médico nos dijo que no pasaba nada. A mí me marcó la carrera: me suspendieron seis meses. El mundo del fútbol es muy cruel.

P. ¿Se deprimió?

R. Me sentí decepcionado. Soy un tipo que trabaja mucho. Sé lo que me cuesta jugar porque, técnicamente, no estoy dotado. Ahora, si me tomo una aspirina, se lo consulto al médico.

P. ¿Y se fue al Rosenborg para empezar de cero?

R. Fue un paso para poder bajar al Sur de Europa. No fue muy bien, pero la experiencia sirvió.

P. Lo peor, ¿el frío?

R. Lo peor, la oscuridad en invierno, con cuatro o cinco horas de sol.

P. Después se marchó al Hammarby.

R. Estocolmo es una ciudad muy buena culturalmente. La disfruté mucho. La sueca no es una Liga grande, pero es lo que precisaba. Y conocí a mi esposa.

P. Al llamarle el Villarreal, ¿perdió dinero?

R. Sí. Yo no podía esperar. No podía interponer el dinero. Vine cedido por seis meses y renuncié a una oferta de un club suizo que me ofrecía cuatro años.

P. ¿Qué sintió cuando escuchó el himno de la Champions en Old Trafford?

R. Estaba a flor de piel. Mi esposa me dijo que había valido la pena el esfuerzo. Cuando uno ha sufrido, valora después más las cosas. Hay gente a la que admiro porque valora las cosas sin necesidad de sufrir. Yo sí lo necesité.

P. ¿Por qué hay tanta violencia en el fútbol uruguayo?

R. Es un reflejo de la sociedad. En el fútbol, se insultan y parece que está bien visto. Se ve normal. No lo entiendo. Además, se suma la falta de trabajo o las drogas. Por lo general, quien va con un arma al fútbol también la emplea para vivir o salir a robar. Está todo entremezclado.

P. ¿Cómo está Uruguay?

R. Igual que toda Suramérica. Vivimos a expensas de los coletazos de Estados Unidos y Europa, además de que estamos al lado de dos gigantes como Brasil y Argentina. Cuando hay recesión, sufrimos muchísimo. Los dueños de Uruguay son 500 familias. Hay una nueva ley impositiva que no sé si va a resultar. Los que tienen dinero hoy van a pagar, lo que no han hecho nunca. A la gente no le gusta que le toquen el bolsillo.

P. ¿Y el triunfo de Obama?

R. Históricamente, es importante por el valor que se da a que un negro gobierne en Estados Unidos. No creo que haya un cambio radical. Hay mucha gente que se enriquece porque hay muchos otros que se siguen empobreciendo. Y eso no creo que cambie. Falta equilibrio. Se gasta mucho dinero en armamento nuclear. Esto sigue empobreciendo el mundo. Hay un continente aquí abajo [África] que está a punto de estallar. Creo en la igualdad social. Teníamos que tener todos lo mínimo. La guerra debería ser contra el hambre, no con armas. Si no nos importa el clima, la educación o la contaminación, estamos perdidos. En un mundo en el que la educación no prima pasarán cosas.

P. ¿Cómo era su familia?

R. Cuando se desdibujó la clase media en Uruguay, uno se queda en clase media-baja. No me faltó de nada. Cuando se separaron mis padres, fue un poco más complicado todavía. Mi padre trabajaba en una fábrica de algodón.

P. Debutó en el Wanderers. ¿Qué clase de club es?

R. De allí salieron Enzo Francescoli y Pablo Bengoechea. Es un barrio un poco pituco [pijo], no mucho que ver con mis raíces. Estuve allí 14 años con mis amigos. Es el club que me dio todo. Mi casa.

P. Allí empezó a jugar.

R. Corría como un loco por todos los lados. Como ahora. En casa no hacía más que molestar a mi madre y mi hermana. Así que lo mejor era que llegara cansado. Mi padre jugaba al basket. Mi abuelo jugó al fútbol en el Danubio de Montevideo. Empecé a los cuatro años en Villa Española, donde nací, un barrio muy humilde de Montevideo. No había mucho más que hacer. Uno iba a la escuela y después se pasaba el día jugando en la calle. Mi madre nunca quiso que jugara. Quería que terminara de estudiar.

Sebastián Eguren.
Sebastián Eguren.ÁNGEL SÁNCHEZ

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