Un escaparate ideal para Benzema

Aunque directivos, técnicos y jugadores guarden las formas, al barcelonismo en general le pareció estupendo que el rival en los octavos de final de la Champions sea el Olympique de Lyón porque, aparentemente, es más asequible que el Inter, el Chelsea y el Arsenal, que amenazaban en el mismo bombo. Los azulgrana asumen la condición de favoritos porque tienen más plantilla, mejores jugadores, su estado de forma es óptimo, han saldado con tres victorias -una firmada tras ceder 23 córners- y un empate sus cuatro últimos partidos y tienen de su parte el factor campo.

Asiente el Lyón, que no pasa de los cuartos cuando se anunciaba como el sucesor del Marsella de los noventa. Su director deportivo, Bernard Lacombe, afirmó: "¿Eliminar al Barça? Es como si me pidieran que saltara un listón con los pies atados. Practica el mejor futbol. Te confisca la pelota. Su nivel físico, técnico y psicológico es excelente". Y el entrenador, Claude Puel, añadió: "Nuestra única ventaja es que no tendremos problemas de motivación".

Su potencia, velocidad y pegada, un desafío para una defensa en zona como la azulgrana

El Lyón mantiene al francotirador Juninho Pernambucano como referente a sus 34 años, pero ha perdido calidad -Ben Arfa, Coupet y Squillaci han sido traspasados- a cambio de físico. Aunque lleva siete títulos seguidos, su liderazgo está amenazado por el Marsella, el Girondins de Burdeos y el París Saint Germain, separados por tres puntos. Puel no da con la tecla y el equipo acusa el trasiego de técnicos -Santini, Le Guen, Houllier, Perrin- y la política de ventas de su presidente, Jean Michel Aulas.

Su última perla se llama Benzema, cuyo precio es de 100 millones de euros. El delantero internacional ha anunciado su intención de fichar el próximo curso por el Madrid tras saber que también le pretende el Barça, que ya intentó incorporarle el pasado verano. Así que la eliminatoria le viene de perlas a su cotización. Lleva 14 goles en 23 partidos, cinco en la Copa de Europa, en la que es pichichi con Gerrard, Klose y Messi.

La potencia, la velocidad y la pegada de Benzema exigirán la mejor respuesta de una defensa en zona como la barcelonista. El ariete se gana fácilmente el espacio y sus arrebatos resultan desestabilizadores para equipos como el Bayern de Múnich, que las pasó canutas en su última visita al estadio Gerland (2-3) después de un último esfuerzo genial del Lyón.

Benzema no podía tener mejor regalo de aniversario -ayer cumplió 21 años- que un emparejamiento con el Barça. Y es que, perteneciente a la generación de Messi, le ha pasado hasta ahora lo que a su equipo: ha fallado en los momentos decisivos de los torneos internacionales.