El Madrid busca un plan
La derrota en el Camp Nou refuerza el cambio de política del club, que ahora se lanza al mercado para renovar la plantilla
¡Presidente, tiene que mantener este grupo!, insistía Raúl a Ramón Calderón, en el fragor del festejo de la última Liga, cuando el Madrid celebraba el alirón al regresar de Pamplona. Corría mayo y el capitán tenía un plan. El club quería fichar a Cristiano Ronaldo. Pero aspirar a contratar a Cristiano era lo mismo que no tener plan. De modo que, poco a poco, las aspiraciones de Raúl fueron tomando forma. Calderón, hombre preocupado en dar satisfacción a las sugerencias de sus capitanes, mantuvo el grupo con una excepción. Sólo descuidó a Robinho. En este punto, los dirigentes contaron con la complicidad de los capitanes. Como dijo un responsable del club tras la marcha del brasileño: Aquí se acabaron los tipos raros.
"¡Presidente tiene que mantener este grupo!", insistió Raúl a Calderón en mayo
Juande pide lo que Schuster: un medio centro, un extremo y dos laterales
El Madrid que jugó contra el Barça en el Camp Nou, el sábado, no contó con jugadores raros. En la alineación tampoco estuvo Van der Vaart, el único refuerzo del verano. El nuevo entrenador, Juande Ramos, hizo lo que se espera de un buen técnico: aprovechar al máximo los recursos disponibles, que son escasos. El fracaso de la política de fichajes del Madrid quedó patente en un detalle: Van der Vaart jugó 15 minutos. Menos que Palanca o Drenthe.
El partido del Madrid tuvo el valor de los trabajos rigurosos. Juande logró comprometer a los jugadores y les dio pautas para ordenarse. Pero el Madrid perdió y se situó a 12 puntos del Barça. La distancia tiene marchamo de insalvable. En la historia de la Liga ningún equipo que estuviera a 12 puntos del liderato en la jornada 15ª fue capaz de conseguir el título. El desafío que afronta el Madrid a partir de ahora no tiene precedentes exitosos. Lo deberá encarar con una plantilla mermada. Se trata del grupo que ganó la Liga pasada sin su jugador más talentoso, el traspasado Robinho, y con el lastre añadido de dos bajas sustanciales: Diarra y Van Nistelrooy, lesionados de gravedad.
El Madrid, que lleva tres derrotas consecutivas, atraviesa la peor racha de resultados desde el hundimiento de la temporada 2003-04, cuando se descolgó del liderato y perdió el campeonato bajo la dirección de Queiroz. Hay otras estadísticas reveladoras de problemas serios, como los goles en contra: suma 24. Desde diciembre de 1999, cuando lo dirigía Toshack, no recoge peores números en la defensa. Aquella temporada se quedó fuera de los puestos de la Champions.
El equipo paga su mala planificación. Hace un año, el ex técnico, Bernd Schuster, pidió cinco refuerzos (un punta, dos volantes y dos laterales). Schuster se quejaba de la falta de calidad de la plantilla. En respuesta, el club prefirió atenerse a la utopía de Cristiano y a la capacidad de Raúl para la persuasión. Cuando el equipo perdió la estela de la Liga, el director deportivo, Pedja Mijatovic, exigió responsabilidades a Schuster y lo destituyó. Ahora es Juande Ramos el que pide cuatro fichajes. El entrenador manchego quiere un medio centro, un extremo y dos laterales. Si la estructura de toma de decisiones del club no ha cambiado, los movimientos que haga en el mercado deberán contar con la aprobación de Raúl.
Pasada la emoción del clásico, Juande Ramos deberá redoblar sus esfuerzos por administrar la escasez de talento. El próximo sábado, en el Bernabéu, jugará el Valencia con Silva recuperado. El Madrid puede perder a Cannavaro y Sneijder, lesionados en el Camp Nou, y sufrirá la baja de Ramos, sancionado. En el capítulo de buenas noticias destaca el regreso de Robben y Heinze.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.