"Soy un guitarrista honesto que disfruta con muchos estilos"

Madrileño de 35 años, a Jairo Zavala le hemos visto inmerso en La Vacazul, 3.000 Hombres, Amparanoia o Zolo Zeppelin antes de dar forma a DePedro, un proyecto de aroma hispano y fronterizo para el que ha contado con sus amigos Joey Burns y John Convertino, los integrantes de Calexico. La propuesta se estrena hoy en Madrid.

Pregunta. Me confían sus seguidoras, soliviantadas, que en la portada de DePedro debería figurar una foto suya...

Respuesta. ¿En serio? Yo creo que ese óleo refleja mejor el contenido del disco, su energía artesanal. Grabamos a la manera antigua, sin un triste ordenador en el estudio, con esas cintas analógicas que daban vueltas y te dejaban absorto.

P. Dibujante o autor de canciones. ¿Nunca contempló la posibilidad de ganarse la vida con un trabajo de nueve a cinco?

R. Se equivoca: he trabajado seis años limpiando cristales. Me conozco todas las cristaleras del barrio de Argüelles.

P. ¿Cuándo pudo permitirse abandonar aquella ocupación?

R. Decidí dejarla la misma noche en que vi Clerks . Había tan poco dinero y tanto talento en aquella película que me convencí: 'Tío, ha llegado el momento de que tú también hagas algo'.

P. ¿Tiene la música de DePedro trasfondo cinematográfico?

R. ¡Exacto! Empezó con ese propósito, como una colección de instrumentales para hipotéticas películas crepusculares. Luego fueron saliendo las letras y ya cambió un poco la intención.

P. Grabó su disco en Tucson, Arizona. ¿Resultó ser aquello tan agreste como lo pintan?

R. Tucson es como Albacete, una ciudad amable y pequeña donde la gente te paraba por la calle para preguntarte: '¿Qué hace usted por aquí?'. En EE UU se me cayeron muchos tópicos, descubrí un pueblo trabajador y acogedor que nada tiene que ver con el disparate de la administración Bush.

P. Esa frontera de la que hablan sus canciones, ¿es un lugar físico o un estado de ánimo?

R. Ambas cosas. Caléxico y Mexicali son la misma población separada por la línea. Las fronteras siempre tienen una mirada de pérdida, pero a la vez sus habitantes son gente viva, que no tiene complejos a la hora de relacionarse.

P. Un poco como su música.

R. Supongo que sí. Soy un guitarrista honesto que, por suerte, disfruta con muchos estilos. DePedro es una parte de mí que hasta ahora no encontraba un sitio donde expresarse.

DePedro. Hoy a las 21.30 en Galileo Galilei. 10 euros.